Ante las críticas crecientes por la situación económica del país, el ministro de Economía, Marcelo Montenegro, defendió el modelo económico, social, comunitario y productivo que Bolivia implementó en los últimos años. En una conferencia de prensa sobre el Presupuesto General del Estado 2025, la autoridad destacó que las dificultades actuales, como el aumento de la inflación, la escasez de dólares y los problemas en la provisión de combustibles, no son consecuencia del modelo, sino de fallos en su aplicación durante gestiones pasadas.

El modelo es sólido, pero no se aplicó de forma estricta en el pasado, especialmente en el sector de hidrocarburos. Esto provocó una disminución en la producción de gas y petróleo, lo que ahora intentamos corregir con un plan que dará resultados a mediano plazo”, explicó Montenegro.

Bolivia enfrenta un escenario complejo en 2024. La inflación creció, impulsada por factores externos e internos como los bloqueos sociales y la inestabilidad en los precios internacionales. 

Además, la escasez de dólares ha afectado el comercio y las importaciones, mientras que el suministro de combustibles, como diésel y gasolina, presentado problemas que no son resueltos del todo, lo que ha generado preocupación en diversos sectores de la población y la economía.

Mala aplicación

A pesar de este panorama, Montenegro insistió en que el modelo económico boliviano sigue siendo sólido y eficiente, pero reconoció que su implementación no ha sido estricta en el pasado, especialmente en sectores estratégicos como el de los hidrocarburos.

Según él, descuidaron la exploración y producción de nuevos yacimientos. Esto provocó una caída en la capacidad productiva de los campos gasíferos del país.

 Ahora estamos retomando ese plan de exploración, pero los resultados no se ven de inmediato. Hay que esperar entre cinco y seis años para recuperar el potencial productivo”, añadió.

En cuanto al aumento de precios, Montenegro argumentó que no puede atribuirse al fracaso del modelo económico, sino a factores externos y situaciones específicas como los bloqueos sociales que afectaron la distribución de alimentos y productos.


“No podemos decir que el modelo ha fallado cuando no se ha ejecutado en su totalidad. Las fallas vienen de la gestión y del descuido de áreas estratégicas, no del diseño del modelo”, insistió.

Sobre la escasez de combustibles, el ministro aseguró que el gobierno ha tomado medidas para garantizar su provisión. Cada semana se destinan 58 millones de dólares a la importación de diésel y gasolina, un gasto que asciende a 2.900 millones de dólares para 2025.

“Los analistas dicen que no hay dinero, pero seguimos importando combustibles. Esto no es casualidad, es gestión del gobierno”, afirmó.

Montenegro también destacó que se están llevando a cabo operaciones financieras en el marco de la Ley Financiera 2024 para asegurar los recursos necesarios y mantener la estabilidad en la provisión de combustibles.

En un contexto de escasez, el gobierno permitió que el sector privado participe en la importación y comercialización de hidrocarburos. Sin embargo, Montenegro advirtió que esta medida no sustituye el papel central de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) en la logística y distribución de combustibles.

La experiencia acumulada por YPFB en la importación y manejo de hidrocarburos es clave. El sector privado tendrá que demostrar si está a la altura de cumplir con las necesidades del país”, afirmó.

 

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