El economista tarijeño fue uno de los panelistas en el 2do. Encuentro de Economistas, bajo el lema ‘Un diálogo propositivo por Bolivia’, organizado por la Fundación Ciudad Humana y el Colegio de Economistas de Santa Cruz. Dejó algunas recomendaciones para solucionar el problema del diésel y para que Santa Cruz pueda convertirse en el epicentro de los biocombustibles.

¿Por qué dice que no se deben eliminar los subsidios a los combustibles?

 Mi planteamiento es que no se debe tocar aún el precio de los combustibles para reestablecer la normalidad en el abastecimiento. En lo que tenemos que trabajar primero es en reducir los costos de compra y de internación, y aplicar un conjunto de medidas que reduzcan el nivel de dependencia de los combustibles importados.

Planteamos que debe haber inversiones en logística, tanto para una planta de almacenaje de 300 millones de litros en el Atlántico y otra en el Pacífico y, de ahí, los combustibles tienen que venir por ducto. En el caso de la región suroriente, podemos utilizar el derecho de vía del gasoducto al Brasil y, en el caso de occidente, podemos utilizar el derecho de vía del gasoducto Sica Sica-Arica.

Importar petróleo en camiones, que es materia prima que tiene descarte, es algo absurdo, ridículo, es hacer pasear el Recon (crudo reconstituido). ¿Qué ganaríamos refinando ese petróleo en el país? Perderíamos haciendo pasear el Recon, porque debemos sacarlo nuevamente (para exportar).

Luego, esa capacidad de refinación que tiene el país, de 65.000 barriles, tiene que ser complementada con una refinería de cracking catalítico o de otra tecnología, que nos permita procesar el 100% de los líquidos en el país.

Es inaudito que, habiendo costado 140 millones de dólares la recuperación de las refinerías y habiéndose invertido 500 millones adicionales en su modernización y ampliación, al día siguiente hayamos ido a comprar combustibles terminados afuera.

 ¿Por qué cree que reducir el parque automotor puede ayudar?

 Tenemos que controlar el crecimiento desmedido del parque automotor en Bolivia. Tenemos que romper eso de que los vehículos son un símbolo de estatus, promover los servicios de transporte público, focalizar el subsidio, utilizar los biocombustibles que el oriente boliviano puede producir. Con el 25% el porcentaje de mezcla bien implementados con las evaluaciones técnicas, podemos evitar la importación, para el caso de la gasolina, de 450 millones de litros al año y, en el caso del diésel, 550 millones de litros.

 Estamos hablando que 1.000 millones de litros que serían sustituidos por una economía circular que beneficiaría a Santa Cruz. Es decir, Santa Cruz proveería, para el consumo interno, 450 millones de etanol anhidro y 550 millones de litros de biodiésel.

¿Cuánto ahorraría Bolivia con eso?

Estamos hablando de 1.200 a 1.300 millones de dólares que se moverían precisamente en el departamento de Santa Cruz, que consume entre el 40 y el 50% de los combustibles líquidos que consume Bolivia.

 Tenemos la Hidrovía Paraguay-Paraná, que es la línea de abastecimiento natural para la región suroriente y, como se ha visto hace pocas semanas que ha bajado el caudal, se estaba internando, para Santa Cruz, desde el Pacífico. O sea, Dios mío, es una locura cruzar los Andes en pequeños camiones, eso tiene que parar; es como pretender hacer funcionar el sistema interconectado de electricidad con pilas de linterna.

¿Qué hace falta para para que esto suceda?

 Yo soy muy escéptico de que no exista la capacidad técnica para reconocer la simplicidad de esta situación. La logística está vinculada a fuertes intereses económicos e ilegítimos que están vinculados a hechos poco transparentes y, probablemente, con corrupción.

 Eso es lo primero que se debe atacar y luego aplicar el conjunto de políticas públicas sectoriales para reducir la dependencia de los combustibles fósiles que nosotros no tenemos la capacidad de producir internamente.

Habló de promover el transporte público, pero en Santa Cruz el servicio es precario ¿Cómo se soluciona?

Es cavernario que Santa Cruz acepte seguir moviéndose en esas pequeñas y peligrosas unidades que son los buses Coaster y Civilian. Santa Cruz tiene que modernizar su sistema de transporte.

El otro tema es que también hace mucho la educación ciudadana y la conducta. En Santa Cruz, tomar los servicios de transporte público es poco menos que una declaración de pobreza, entonces tenemos que romper ciertos tabús. Santa Cruz tiene la necesidad urgente de descontaminar su aire, porque ya no es el cielo más puro de América.

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