La producción hidrocarburífera en Bolivia está en seria declinación. Cae a a un ritmo del 3 al 3,5% anual, cada año son 1,5 millones de metros cúbicos menos. El pico de producción fue en 2014, cuando llegó a 64 millones de metros cúbicos. El año pasado alcanzó a los 45 millones de metros cúbicos, según reporta el sitio lapoliticaoline.com.ar, cuando el yacimiento Vaca Muerta ya está en los 44,2 MMm3.

De hecho la exportación de gas natural a Argentina está por debajo de lo que consigna el contrato con Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos y en las últimas semanas generó preocupación en el Gobierno ante la posibilidad de que en el próximo invierno se registren problemas en el aprovisionamiento de las provincias del Noroeste. A esto se agrega un dato impensado hasta hace poco tiempo: en la actualidad la producción de gas de Vaca Muerta está a punto de superar la de toda Bolivia con 44,2 MMm3.

En la víspera, el viceministro de Exploración y Explotación de Hidrocarburos, Raúl Mayta, afirmó que la producción de gas  en la gestión 2020 fue de tan solo 43,5 millones de metros cúbicos día (MMm3/d), pero en la gestión 2021 subió a 45,4 MMm3/d; es decir, se incrementó en un 4,4%.

Sin embargo, el medio de comunicación argentino insisten que en la Agenda de Reactivación Hidrocarburífera de Bolivia, que fue realizada por el Ministerio de Hidrocarburos e instituciones del sector se revela: "No hay reposición de reservas, la producción de los campos está en descenso constante, hay una baja carga de crudo en refinerías, alta capacidad ociosa en las plantas y una ubicación lejana de los mercados actuales de consumo".

"Incrementar las reservas y la producción es importante para el país. Dependiendo del éxito de la exploración y el incremento de reservas de este energético, se podrá sostener el mercado de Brasil y Argentina, asimismo, garantizar por varios años el mercado interno", explico Mauricio Medinaceli, ex ministro de Hidrocarburos.

Estos enfoques identifican que el régimen fiscal y contractual para las empresas inversoras no es atractivo. Se tienen plazos y procedimientos burocráticos para las actividades, falta de incentivos a la producción, altos costos operativos, niveles impositivos sumamente elevados y baja rentabilidad de los campos.

Sobre este escenario, el Gobierno boliviano publicó el decreto 4616 sobre incentivos a las inversiones en exploración y explotación de hidrocarburos. Según el ministro de Hidrocarburos y Energías de Bolivia, Franklin Molina, la norma forma parte de las acciones que el Gobierno realiza para agilizar el proceso de inversiones en exploración.

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