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Antoinette Van Dijk ha sabido reinventarse tras su paso por las pasarelas. Hoy en día, se desempeña como directora creativa de su propia marca de ropa, combinando su vasta experiencia en el mundo de la moda con una visión empresarial innovadora.
A lo largo de su carrera, ha enfrentado desafíos como la presión de cumplir con estrictos estándares de belleza, pero logró salir adelante, convirtiéndose en un ícono de belleza a nivel internacional.
Madre de dos hijas, Antoinette ha encontrado un equilibrio entre su vida profesional, familiar y personal. Sigue siendo una figura influyente en la moda y es reconocida como una de las mujeres más bellas del país.
¿Alejada de las pasarelas, cuáles son sus prioridades hoy?
Mi familia, mi trabajo y mi bienestar personal.
¿A qué se está dedicando ahora?
Lidero la dirección creativa de mi propia marca de ropa y tengo otros proyectos en marcha, de los que pronto habrá novedades.
¿La moda la lleva en la sangre?
Totalmente. Siempre ha sido parte de mí, aunque ahora la veo desde otra perspectiva.
¿Extraña los flashes y cámaras?
No los extraño, aún son parte de mi vida. Sigo activa y priorizo los lentes para los que elijo posar.
¿Sus hijas le siguen los pasos?
Aún no lo sé, son jóvenes, pero apoyo cualquier camino que elijan.
¿Es difícil ser modelo?
Es un trabajo que exige mucho, más de lo que parece. Requiere disciplina, fortaleza emocional y mental, ya que implica varios sacrificios.
¿Qué fue lo más complicado de ser modelo?
La presión constante por cumplir con un estándar de belleza. Además, madurar sola en el camino, ya que es una carrera que se empieza muy joven. Pero vale la pena cuando se trata de cumplir con un objetivo.
¿Si volviera los años atrás, sería modelo?
Sí, no cambiaría mi decisión. Me hizo quien soy y viví muchas experiencias increíbles. Conocí a mucha gente y lugares del mundo.
¿Se arrepiente de algo?
No me arrepiento de nada, cada experiencia ha sido un aprendizaje.
¿Es feliz?
Elijo serlo cada día. Creo que la felicidad es una decisión constante, pero hay que hacer el trabajo. Soy una mujer muy afortunada y agradecida.
En sus inicios le decían que estaba gorda, siendo que era delgada. ¿Cómo le afectó en su vida?
Nunca fui gorda, simplemente no encajaba en los cánones de belleza internacionales (que eran muy exigentes). Me impactó en su momento, pero con el tiempo aprendí a no dejarme definir por las opiniones externas.
¿Cómo superó la anorexia?
Con ayuda profesional y rodeándome de personas que me apoyaron. El embarazo de mi primera hija fue el factor principal.
¿Qué les dice a las jóvenes que están pasando por un problema similar?
Que busquen ayuda, que su valor no depende de su apariencia. Es un camino difícil, pero se puede superar.
Hoy en día está hecha una mujer fuerte. ¿Con cuál Antoinette se queda, con la actual o con la de 16 años?
Me quedo con la actual. La de 16 años me trajo hasta aquí, pero ahora me siento completa.
Cambiando de tema, ¿cómo está ese corazón?
Siempre completo por el amor de mis hijas y de las personas que me demuestran su cariño.
¿Cree en el amor? ¿Cómo la conquistan?
Por supuesto que creo en el amor, aunque ya no como antes. Me conquista la seguridad y el sentimiento de admiración.