Se cierra una semana feliz para los bolivianos. Para los seguidores del fútbol cuya fidelidad fue muy bien recompensada. Para los que gozan y sufren desde las gradas o frente al monitor. La cuota de alegría desbordante fue puesta por la ‘Verde’ que enhebró su tercera victoria consecutiva en las eliminatorias sudamericanas, haciendo evocar la gesta épica de 1993. La poderosa Colombia con sus filas nutridas de astros que brillan en ‘grandes ligas’ del planeta, mordió el polvo de la derrota y dejó su preciado invicto en el ‘Monumental’ de El Alto y a los pies de los muchachos de Óscar Villegas cuya mano se deja ver con un trabajo que va rindiendo frutos.

Fue un triunfo dramático y electrizante. Lo mereció sobradamente Bolivia para dar un paso clave rumbo a la próxima cita mundialista. Arrinconó desde el vamos, con juego veloz y penetrante, a los cafeteros. Y le sobró coraje cuando quedó con uno menos por la expulsión de Héctor Cuéllar y no perdió la línea frente a su intimidante rival al que, en igualdad de condiciones, hasta podría haber superado con más holgura y menos angustia.

Pero el 1-0 con el golazo de Miguelito Terceros, -potencial nuevo modelo marca ‘Etcheverry-,’ tuvo un sabor especial y alcanzó para sellar una conquista extraordinaria que invita a soñar. Que nutre con buena simiente la ilusión futbolera nacional. Se viene Argentina, el campeón del mundo capitaneado por Leo Messi. Será el próximo martes 15 en Buenos Aires. Nueva prueba de fuego para una Bolivia que crece y no se deja intimidar.