Katia Marino | representante de Unicef en Bolivia


El Congreso Plurinacional de la Educación será en noviembre de este año. Se llegará a este hito para la educación boliviana, después de realizados congresos distritales y departamentales.

Unicef Bolivia hace un llamado a los actores presentes en el Congreso Nacional para que consideren las características y condiciones específicas de la niñez y adolescencia boliviana. Es fundamental que las propuestas y recomendaciones sean pertinentes y adecuadas a las necesidades, objetivos y aspiraciones de cada niño y adolescente, en el marco del derecho a una educación de calidad que les asiste.

Sabemos que existen desafíos estructurales dentro de los sistemas educativos que hacen que muchos niños, niñas y adolescentes estén fuera de la escuela.

Según datos del Ministerio de Educación, la tasa de cobertura nacional es del 86%. Tomando otro dato, vemos que la tasa de término nacional a sexto de secundaria es del 43,85%, o sea que de 100 estudiantes solo 43 concluyen la secundaria. En ese orden, los departamentos con las más bajas tasas de término de secundaria son Pando, Potosí, Chuquisaca, con 23%, 35%, 38% respectivamente. En consecuencia, muchos de los adolescentes y jóvenes que no pueden concluir el bachillerato no podrán seguir alguna carrera profesional.

Estos datos deben llevar a un análisis profundo de las causas y de los factores que están afectando el acceso y a la calidad de la educación. En lo que refiere a la equidad en la educación, es fundamental no descuidar la igualdad. Es menester implementar un currículo que desafíe los estereotipos de género y formar maestras y maestros que fomenten la inclusión.

Nos estamos enfrentando a una situación global en la que vemos el cambio climático en tiempo real, por lo cual es clave que la educación ambiental esté en el corazón de cada maestro y maestra. Es fundamental que las temáticas medioambientales se vinculen con las ciencias, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas para una transición energética efectiva. Sería imposible terminar este editorial sin mencionar la importancia de que las escuelas sean lugares seguros donde se promueva la coexistencia pacífica y armónica; donde cada niño y cada niña tenga espacio para desarrollarse en un ambiente de protección y amigable; y donde aprendan sobre sus derechos y a la vez entiendan que van de la mano con las responsabilidades y deberes. Bajo estas reflexiones auguramos que en el congreso se puedan definir propuestas de mejora de la política educativa y el uso óptimo de los recursos económicos.