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El MAS y su política
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14 de noviembre de 2024, 3:00 AM
Bolivia atraviesa una crisis “sui géneris”
¿Por qué “sui géneris?
Porque la ven, la sienten y la sufren todos, menos el gobierno y su partido, el MAS, por supuesto.
¿Cómo es eso?
Es que el MAS, resulta que no había sido un movimiento o partido socialista… o tal vez sea, pero es más “progre” que socialista… o mejor, las dos cosas. Muchos dicen que además tiene grandes partes de capitalista, o por lo menos sus bases, los cocaleros y los cooperativistas (especialmente del oro), que practican un capitalismo salvaje. En suma, es un gobierno sin rumbo porque no sabe a dónde ir o mejor dicho, quiere ir al despeñadero.
¿Tanto asi?
Es que, mira, en mi país, aproximadamente solo el 25 a 30 % de la población activa produce. El 70 % restante se dedica a la actividad informal (CEDLA).
¿Y eso está bien o está mal?
A ver… Ese 70 % no aporta al Estado. Y el sistema parece diseñado para exprimir, sin consideración alguna, al 30 % que si aporta con impuestos y obligaciones de toda índole. Un sistema a todas luces injusto. A esto se suma que los gobiernos anteriores al MAS, hicieron grandes sacrificios para sentar las bases del progreso y desarrollaron infraestructura para acabar con la deuda externa (que era casi inexistente antes del MAS), producir gas y combustibles para satisfacer las necesidades locales y de exportación como nunca antes, pero no pudieron usar esos recursos para beneficio del país porque llegó el MAS, justo cuando estuvieron disponibles.
Pero entonces el MAS lo hizo ¿o no?
No. Es peor que eso. A título de socialismo, cambió la Constitución que la escribió a su manera, para satisfacer sus fines… aunque después le quedó chica así que la pisoteó cuantas veces quiso y pudo. Dilapidó los recursos económicos, además, promovió un racismo facistoide implantando en el imaginario colectivo la idea del indio impoluto, “reserva moral de la humanidad” y lo enfrentó a la mayoría de la población boliviana que es fundamentalmente mestiza en raza y en costumbres.
¿Cómo?
Bueno es largo de explicar porque hay muchas cosas de por medio… voy a intentar hacerlo así sea parcialmente. Partiendo de la idea equivocada de que el país es fundamentalmente indígena, explotado por 500 años de dominación, el MAS dice ser “el movimiento al socialismo” y a pesar de que su jefe, el cocalero Morales, fenotípicamente indio, genotípicamente mestizo (probablemente), al posesionarse como presidente la primera vez, dijo que iba a gobernar “obedeciendo al pueblo”; sin embargo, después de un tiempo y un viaje donde estuvieron presentes Cuba y Venezuela, dijo, más o menos, que no era necesario consultar a nadie, puesto que tenía las instrucciones cubanas y venezolanas para gobernar. Cuba y Venezuela lideran dos grupos izquierdistas: el Foro de San Pablo y el Grupo de Puebla que se reúnen periódicamente con todos los gobernantes afiliados a su ideología de empobrecimiento de las naciones.
¿Empobrecimiento de las naciones? ¿No quieren progreso?
Es que la ideología política de estos movimientos es empobrecer a los pueblos para “igualarlos” hacia abajo y poder manejarlos a su antojo.
¿Ese sistema no genera crisis?
Claro que sí, de todo tipo: política, social, institucional y fundamentalmente económica; pero esa es su finalidad. Es más, tienen una estrategia a la que llaman “crisis controlada” a través de la cual controlan al pueblo, pero siguen con la crisis; van “acostumbrando” al pueblo, poco a poco, a la carestía, la inflación, los bajos salarios, etc. que a la larga incrementan la dependencia de la población al Estado. Así pueden manejarla a su antojo, porque llegado a este punto, el Estado distribuye la salud, el empleo, los servicios, la alimentación, la educación – que en realidad debía llamarse adoctrinamiento - etc. entonces al pueblo, no le queda más remedio que arrodillarse, porque además prohíben las protestas, suprimen los sindicatos, las reuniones y nadie puede “hacer política” excepto los gobernantes. Así, solo les queda consolidar su sistema y no abandonarlo jamás, o al menos, mientras vivan. Fidel Castro lo consiguió.
¿Y los organismos internacionales? ¿No se puede recurrir a ellos?
Es que el movimiento de la izquierda fue internacional desde el año 2000, más o menos, y estos aprovecharon para tomar los organismos, incluyendo las Naciones Unidas y sus dependencias, como dijo el recién elegido presidente de la Argentina Javier Milei en su primera intervención en la mismísima sede de las Naciones Unidas en Nueva York. Les cantó sus verdades, pero a ellos les resbala. Son cínicos y sinvergüenzas.
¿Y Bolivia está en ese camino?
Sí. El cocalero empezó como topadora y parece – y subrayo parece – que el actual presidente, aunque pupilo del cocalero, elegido por él, como dijo públicamente, no quiso ser su títere y eso ocasionó un distanciamiento personal y peleas que los distanciaron y debilitaron grandemente su movimiento. A eso se sumaron temas de corrupción, narcotráfico, pedofilia, trata de personas, ecocidio y nepotismo que bajaron considerablemente el apoyo popular del que originalmente gozaba el MAS, sin contar el descomunal fraude cometido después de un referéndum que le negó la re-re-re-eleción al cocalero y la no menos mega-hiper-risible razón esgrimida para que el jefazo se re-elija.
¿Es decir que el MAS está en decadencia?
Si…y no. Lo que pasa es que en estos dos períodos, en 17 años de gobierno, destruyeron las instituciones del Estado, sometieron a la policía y al ejército y están en pleno proceso de destruir a la empresa privada; alteraron el sistema de votación y elección de los representantes nacionales, dando mayor valor al voto campesino que al citadino y también están en proceso de eliminar la iniciativa individual.
Pero dijiste que el MAS perdió apoyo popular.
Así es, aunque la estructura montada por ellos permanece intacta. A pesar de todo, el pueblo parece darse cuenta que el MAS es un tema, como dirían los italianos, finito. Y de esto también parece darse cuenta el cocalero y el actual presidente al que cariñosamente apodan “Tilín”. La pelea entre ambos dividió al parlamento por lo que la gobernabilidad de Tilín se debilitó de manera extraordinaria. Entonces apareció una nueva estrategia: Tilín utiliza el poder Judicial, al que también aparentemente, maneja todavía y lo convirtió en un supra-poder, que somete inclusive a los otros tres poderes del estado y los hace bailar a su ritmo, a pesar de ya haber cesado legalmente en sus funciones. Lo que nota el pueblo es que este poder, o mejor el gobierno a través de él, dificulta, a propósito, su propia renovación, autoprorroga (ilegalmente) sus funciones y, otra vez aparentemente, prepara el terreno para no llevar a cabo elecciones generales donde el MAS perdería esta vez sin atenuantes.
¿Tan grave?
Sí, pero, como dice el pueblo, “del MAS se puede esperar cualquier cosa”, pero “lo más probable es que cómo será.”