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23 de diciembre de 2024, 3:00 AM
De casualidad sintonizaba la radio en la movilidad (de mucho tiempo lo hacía porque era de mi preferencia escuchar los cd’s con zambas argentinas que me acompañaron en mi juventud) y tuve la muy agradable sorpresa de escuchar en programas diferentes las declaraciones de dos políticos que, de manera inteligente, accesible a la comprensión y con fundamentos muy claros y precisos, se referían a la actual coyuntura de proposición de candidatos para las elecciones del próximo año.
Me refiero a Jaime Paz Pereyra y Rubén Costas Aguilera, el primero no tiene ninguna duda de como debe actuarse hacia el futuro y esta construyendo una plataforma que le de el respaldo y el sustento sin descartar, inteligentemente, unirse a otros programas y propuestas para tener luego un único lineamiento, para encarar las elecciones generales.
A su vez Rubén Costas Aguilera con el sustento de un partido político ya consolidado y con alcance nacional, adelanta su criterio de la unificación de candidaturas, pero estaba esperando tener su convención nacional, para tomar definiciones, y en ese sentido no disgregar peligrosamente el voto cuando se abre el abanico de candidaturas que buscan lo mismo.
En la misma calle, pero en la vereda del frente, escuche otras dos propuestas, una de Branko Marinkovic y la otra del alcalde cochabambino, Manfred Reyes Villa.
El empresario cruceño ha sido asesorado o él cree que es, tomar la agresiva actitud beligerante del presidente argentino Milei y ataca, como es de esperar al partido de gobierno, pero también ataca con la misma intensidad a una alianza electoral de 4 políticos que han tenido mucha vigencia a fines del siglo pasado y comienzos de éste, ataca esa alianza sin considerar que es un inicio (espero que así sea) para consolidar con miras a las elecciones del año que viene, poder presentar un único candidato con suficiente fuerza para derrotar al partido de gobierno.
Manfred Reyes Villa esta totalmente persuadido que es el candidato que va a triunfar independientemente si hay unidad opositora o no, desconociendo un elemento básico, que es la antipatía que genera en el oriente boliviano, antipatía creada por el mismo y, obviamente, sin el oriente no tiene ninguna posibilidad de éxito en su sueño electoral.
En la calle paralela asistimos a una pelea sin cuartel entre los dos que creen ser los candidatos naturales del partido de gobierno, no hay que perder de vista, que al final cualquiera sea el candidato designado, quien va a terciar en las elecciones es el partido del MAS, que como agrupación política que ha estado en el gobierno los últimos lustros, quiere seguir gozando del poder y no va a importar cual sea el candidato “designado” por las bases, a ese le volcaran todos los votos.
La alianza electoral de 4 políticos, cuyas acciones y actitudes son por todos conocidas, ya es un inicio, que esperemos no se desvirtúe por la siempre presente conducta negativa del “yoismo”, tan presente en políticos que han disfrutado alguna cuota de poder y todavía creen ser los designados.
Vamos a vivir, el verbo apropiado sería sufrir, los próximos meses, una hoguera de vanidades porque analizando el pasado de quienes aparecen, se encuentra dentro de su sangre creerse los elegidos, aunque saben, que esa actitud negativa va a llevar al fondo la existencia del nuestro país.
No solo por estar en fin de año y en una época de festividades y mejores deseos, creo que el conjunto de la población boliviana, esta con la esperanza de que ojalá vengan días mejores, aunque todavía vayamos a atravesar algunas tempestades que son previsibles y deseamos que no vayan a empeorar.