Marcelo Vera

Si nos dejásemos guiar por las tendencias que se viralizan en tik tok esta reseña debería llamarse: #DenleUnOscarAlGato. Esto debido al enorme interés que ha despertado, en redes sociales, el protagonista felino de la película que motiva el presente comentario.
Se ha estrenado Un lugar en silencio: Día Uno. La cinta es la precuela de una de las mejores sagas distópicas de los últimos años: “Un lugar en silencio”. La premisa es contundente: los pocos sobrevivientes de la humanidad están condenados al silencio, ya que son atacados por invasores alienígenas sensibles a cualquier sonido; por mínimo que este sea.
Dirige la película Michael Sarnosky, siendo esta su segunda cinta en la faceta de director. Protagonizan la cinta Lupita Nyong´o, ganadora del Óscar a Mejor Actriz de Reparto el 2024, Joseph Quinn, quien ya tuvo su momento estelar en la serie Stranger Things, Djimon Hounsou, y un encantador felino.
La cinta nos lleva a la ciudad de Nueva York durante el primer día de la invasión que provocó los eventos de ‘Un lugar tranquilo’, centrándose en los nuevos personajes: Sam (Nyong´o), Eric (Quinn) y el gato Frodo (Shnitzel/Nico). La química existente entre los 3 protagonistas es estupenda y es uno de los grandes soportes de la película.
La gran diferencia con relación a las dos anteriores películas que conforman la saga tiene que ver con los protagonistas. En las dos primeras estábamos completamente identificados con esa familia que intenta sobrevivir en medio del apocalípsis que genera una invasión alienígena. La carga emotiva era sostenida por Emily Blunt y John Krasinski (quiénes son pareja en la vida real). En está película, el único elemento en común entre los protagonistas es el miedo. Un miedo visceral que, por otra parte, despierta su instinto de supervivencia, y los obliga sobre la marcha a entender las características peculiares de los monstruos invasores conocidos como “Los ángeles de la muerte”, todo esto en el caótico contexto de Nueva York, irónicamente una de las ciudades más “ruidosas” del planeta.
 La película está unos cuantos centavos por debajo de las 2 anteriores, sin embargo expande el universo de “Un lugar en silencio”, de una manera entretenida y correcta y conectando con lógica y coherencia con sus predecesoras.
Como es habitual en esta saga, el silencio se convierte en protagonista de los momentos emocionalmente más tensos de la cinta. De igual manera se destaca una lograda banda del compositor griego Alexis Grapsas, y un par de canciones insertadas en el momento justo, incluida la gratificante “Feeling good” de Nina Smone que complementan esta recomendadísima película.
Todos los que nos asustamos al ver que Krazinski ya no iba a dirigir esta precuela, quedamos gratamente sorprendidos por esta película que gracias a su factura técnica, sus sólidas actuaciones y al maravilloso Frodo, nos recuerda que el cine, por encima de todo lo demás, debe entretener y Un lugar en silencio: Día Uno cumple!