Jorge Lizárraga

La decadencia humana vive manifestándose y señalando que tanto socialistas como capitalistas harán de este mundo un mejor lugar para vivir, sin darse cuenta que estos conceptos no solo están trillados, sino que se constituyen en palabras polisémicas con muchísimos sentidos de interpretación y en algunos casos incluso pueden converger entre sí, o no?
En América Latina siempre estuvimos caracterizados por quejarnos de que jamás habríamos tomado decisiones sobre nuestra soberanía, nuestros recursos y nuestro destino no obstante gobierno que llega siempre hace oídos sordos de la realidad de su propio país y se encarga de que durante su gestión gubernamental los mismos negociados, las mismas prácticas y asimismo las mismas decisiones sean adoptadas, jamás pensando en una integración como país, jamás pensando en la gente más necesitada sino en quienes pueden y quienes deben pagar o deban beneficiarse a pesar de sus políticas sociales.
No hace mucho los gobiernos latinoamericanos creyeron que la mejor decisión era consolidar un socialismo del siglo XXI, sin embargo, ya solo con ese denominativo generas discriminación, resentimiento y un sentimiento de pertenencia a un grupo privilegiado y no sometes decisiones de integración al pueblo, por lo cual tarde o temprano caen por su propio peso y decisiones políticas asumidas, pregunten en Argentina, Uruguay, Perú, Brasil y ahora Venezuela y quién sabe a futuro no muy lejano Bolivia o Nicaragua.
Latinoamérica, en sí misma destaca por poseer inmensas cantidades de recursos naturales renovables y no renovables que pudieran coadyuvar a crear sociedades poderosas y economías fuertes, empresas potentes, sistemas de salud, educación, pensiones adecuadas, sin embargo, ¿en qué situación se encuentran estos países?
Por otro lado, tenemos países altamente capitalistas en teoría, pero crean o no, gozan de un proteccionismo único del Estado, como es el caso de los Estados Unidos aun así critican el proteccionismo socialista de países latinoamericanos, y cuando uno va, mira o conoce la realidad, se da cuenta que son majestuosas edificaciones, grandes parques, carreteras e intercambio comercial, ¿pero y la salud solo para quienes pagan?, ¿las pensiones solo para quienes cotizan en privado?, ¿educación pública? ¿La Deuda? ¿Drogadicción? ¿Prostitución? ¿corrupción? No eso solo que les preocupe a países socialistas, ¿no?
Yéndonos hacia Europa, evidentemente existen diferencias ideológicas profundas, pero no sobre capitalismo o socialismo conceptualmente, sino entre lo que es poder de Estado frente al poder económico del mercado; la lucha por mantener un sistema de bienestar que mucho ha logrado en décadas vs. desconocer avances y por el contrario tener una visión liberal y privatizadora de servicios, expulsión de inmigrantes y medir a cada quien, según su capacidad, pero mirando su origen e ingresos y no efectivamente su potencial.
Hoy en Bolivia nos encontramos en una situación muy particular porque muchos dijeron que el MAS es el partido con mayor historia de Bolivia, con mayores hitos y logros en favor de la población pero aun así, no recuerdan que un momento determinado de la historia el MNR fue el MAS de hoy, pero hoy ¿qué es del MNR?, incluso las coincidencias nos permiten decir que ambos se fraccionaron, ambos constituyeron sigla diferenciadora - lo que vendrá y ambos hicieron cosas positivas y también negativas durante su vigencia, ¿hablar de ello? En otra oportunidad será.
Hoy en Bolivia como nunca antes, se aprecia una desinstitucionalidad del Estado, un resquebrajamiento de la Democracia y el Estado de Derecho, Órganos de Poder atribuyéndose tener más poder que otros y lo peor es que el Órgano a través del cual elegimos a nuestros representantes es de lo peor nunca visto en la historia, aunque hubieron otros lerdos también pero actualmente es descabellado lo que se mira, se escucha de cualquier bando, realmente no hay capacidad alguna ¿y aun así oficialismo y oposición pretenden gobernar?
Por otro lado, tenemos a un individuo que cree que es el enviado de Dios o la semilla de la Pachamama y el único salvador de la patria, cuando en realidad es un ciudadano que si bien tiene derechos también tiene obligaciones y una de ellas es respetar las leyes que el mismo incluso promulgó y al menos debiera darse cuenta, que más que ayudar por el contrario está afectando al país y dividiendo a los bolivianos, una vez más.
Por otro lado, tenemos al actual mandatario que a pesar de sus buenas intenciones, mirada particular sobre la realidad nacional, no goza de la popularidad de un político carismático y menos aun goza del apoyo del Congreso Nacional, y por tal las posibilidades de un triunfo futuro se van desvaneciendo, salvo que resurja otro Arce Catacora que reconozca que deben hacerse ajustes incluso estructurales al modelo, se integre más con quienes son el motor de la economía nacional (no hablo de las organizaciones per se sino los empresarios y/o el mismo Estado y sus instituciones) y procurar ante todo y frente a todos plantear iniciativas que vayan desde integrar más al País, seleccionar a candidatos a la Asamblea que merezcan la atención de la población, destituir a todos quienes son del otro ala aun del mismo partido que no hacen sino destrozar el mismo modelo creado, en especial representantes en el exterior que nada o muy poco aportan al gobierno y así tratar de hacer País con lo mejor que tiene Bolivia, ser integrador, conciliador, ceder cuando debe y reconocer a quienes debe, quizá así y solo así, en caso de repostular, la población crea en él, “yo siendo socialista de Giddens pero jamás sucio-listo de este siglo y comprendiendo que este País merece lo mejor o quizá porqué no, dar otra oportunidad, votaría por él.
Finalmente teniendo a una oposición que no tiene ideología sino simples ideas, no tiene estructura política pero sí politiquería, y por tanto si no existe partido, ideología y un modelo de gobernanza basado en acuerdos, alianzas y expectativas y modelo guiado por la CPE y solo personajes dispersos, qué podríamos esperar para el País?, Manfred es una ilusión interesante pero le falta el centavo para el peso; Cuéllar y Paz son circunstanciales y Mesa-Quiroga o Doria son un pasado sin luces, por lo que en manos de los sensatos está la reconstrucción de este País.