Cecilia, Dámaris, Carmen, Odális o Juan, son nombres que resuenan en los oídos de la población, por un momento, pero que se desvanecen con el pasar de los días para la gran mayoría. Su búsqueda muchas veces sopesa con dificultades en el área establecida, este problema del contexto actual despertó la iniciativa de estudiantes para proponer una solución, en caso de búsqueda y rescate de personas  con el uso de drones y la inteligencia artificial (IA).

Según las estadísticas de La Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC), en 2023, se recibieron 3.409 denuncias de personas desaparecidas. Ante esta situación, dos estudiantes de la carrera de Ingeniería de Sistemas de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, Alejandro Yahir Rosales e Isai Anguela, combinaron sus conocimientos de programación y entrenamiento de la IA para desarrollar Aerofinder, un sistema que utiliza drones e IA para localizar a personas desaparecidas.

Si bien el 86% de las personas desaparecidas con denuncia ante la FELCC son encontradas o regresan a sus hogares, aún existe un 14% que no. Una de las principales causas de las desapariciones, sobre todo de niños y personas adultas mayores son las aglomeraciones o desastres naturales.

En estos casos, tecnologías como Aerofinder se convierten en herramientas poderosas para coadyuvar en las tareas de búsqueda y rescate.

Anguela indica que la principal inspiración para desarrollar AeroFinder fue ayudar a encontrar personas desaparecidas e incluso animales. Explica que diseñaron el sistema como una herramienta eficaz para apoyar a grupos de rescate, como el Grupo Voluntario de Salvamento Bolivia (SAR) y Bomberos de la Policía.

“La implementación de este proyecto ayuda a grupos como los bomberos, el SAR y grupos de rescate, que accedan a zonas geológicamente inestables y difíciles. Este proyecto vela por la seguridad, integridad física y bienestar de estos grupos. Con Aerofinder vamos a poder localizar a niños, adultos mayores o mascotas desaparecidas mediante las coordenadas del dron, agilizando así el proceso de búsqueda”, expresa el estudiante.

Los estudiantes indican que el sistema utiliza la movilidad del dron y las capacidades de su cámara y geolocalización para hallar a personas perdidas.

“Hemos utilizado un dron avanzado, programación en Python (un lenguaje de programación), inteligencia artificial (IA), servidores locales y bases de datos para desarrollar este sistema que detecta a la persona buscada y la registra mediante una foto”, expresa Rosales.

Anguela, por su parte, explica que el primer paso fue entrenar a la IA para reconocer los rostros y características de las personas desaparecidas y armar una base de datos a la cual se pueda acceder.

UNIFRANZ

​Tecnologías como Aerofinder se convierten en herramientas poderosas para coadyuvar en las tareas de búsqueda y rescate


Esto se logra mediante imágenes de las personas que se buscan, las cuales son escaneadas y analizadas por la IA hasta encontrar patrones únicos que pueda diferenciar.

Rosales comenta que las pruebas iniciales de AeroFinder se realizaron con éxito, aunque el sistema aún está en fase de prototipo. En el futuro, se espera implementar una aplicación móvil. A pesar de estar en las primeras etapas, el dron ya tiene la capacidad de reconocer personas.

“Una vez nos contactemos con los fabricantes del dron, podremos desarrollar aplicaciones móviles y de escritorio. Ya hicimos la solicitud a la empresa fabricante y esperamos su respuesta para implementar una aplicación móvil”, manifiesta Rosales.

Con AeroFinder, Rosales y Anguela no sólo demuestran el potencial de la innovación tecnológica en la resolución de problemas sociales, sino también el impacto positivo del modelo educativo. A medida que avanzan en la implementación de este sistema, esperan contribuir de forma significativa a la seguridad y bienestar de las comunidades, al apoyar a los equipos de rescate en su noble labor de salvar vidas.

“Los proyectos reflejan el aprender haciendo. Ejercer la carrera dando soluciones desde su etapa de formación, permite que los estudiantes visualicen retos y problemas a solucionar. Al ser enteramente prácticos, buscan integrar áreas de formación y validar el desarrollo de las competencias profesionales”, asegura Rolando López, vicerrector de Unifranz en Cochabamba. 

Al enfrentar problemas del mundo real, los estudiantes desarrollan habilidades esenciales y adquieren una comprensión más profunda de su campo de estudio, demostrando que el “aprender haciendo” es una estrategia educativa valiosa y efectiva.

El modelo educativo innovador de Unifranz sitúa al estudiante en el núcleo del proceso de aprendizaje, lo que facilita la aplicación de conocimientos adquiridos en distintas asignaturas para crear soluciones innovadoras a los problemas del entorno.

“Graduarse con experiencia significa que, al egresar, uno debería tener dos años, como mínimo, con evidencias de haber aprendido, sino de haber aplicado el aprendizaje, mediante el planteo, diseño, desarrollo, implementación, puesta en marcha de soluciones. Más que saber hacer, hay que saber aplicar lo que hemos aprendido, porque, si bien aprendemos conocimientos, tenemos que saber trasladar a la acción estos conocimientos”, concluye.

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