Educación y sociedad
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El uso de pantallas desde temprana edad y la falta de exposición a la luz natural están acelerando la aparición de problemas visuales en niños y adolescentes en todo el mundo, un problema que genera preocupación a nivel global.
“La exposición prolongada a pantallas en niños puede provocar fatiga visual, visión borrosa, dolores de cabeza y sequedad ocular. Además, pasar mucho tiempo frente a pantallas puede aumentar el riesgo de desarrollar miopía, especialmente cuando los niños no hacen suficientes actividades al aire libre. Los ojos de los niños aún están en desarrollo, y la luz intensa de las pantallas también puede interferir con el sueño y la concentración”, explica Aldo Fernández, especialista en oftalmología y docente de la carrera de Medicina de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), señala que la miopía se ha convertido en una de las principales causas de discapacidad visual prevenible y de ceguera a nivel mundial. En muchos países, las cifras de personas afectadas por este trastorno están en aumento.
En Singapur, por ejemplo, hace solo 40 años la prevalencia de miopía en jóvenes no llegaba al 30%. Hoy, cerca del 85% de los jóvenes de ese país son miopes, un fenómeno similar se ha observado en Taiwán, Corea del Sur, Hong Kong y otras regiones de Asia.
En Latinoamérica, los porcentajes actuales de miopía en jóvenes se sitúan por debajo del 10 al 20%, pero el incremento observado en otras partes del mundo encendió las alarmas entre los profesionales de la salud.
Para ello, la exposición regular a la luz natural es clave, un factor que tanto la pediatría como la oftalmología destacan de manera conjunta.
El uso de pantallas y sus efectos en la salud visual
“La exposición prolongada a pantallas (teléfonos, tablets, computadoras) desde temprana edad puede causar diversos problemas oculares en los niños como cansancio visual, o sea la sensación de ojos secos, ardor, picazón y dificultad para enfocar, o miopía, es decir, el aumento de la graduación en niños, lo que les dificulta ver objetos lejanos”, expresa, por su parte, Sirley Miranda, especialista en salud ocular.
Además, explica la especialista, la prolongada exposición a pantallas puede causar el retraso en el desarrollo visual, ya que la sobreestimulación de las pantallas puede interferir en el desarrollo normal de la visión y alteraciones del sueño.
“Esto se debe a que la luz azul emitida por las pantallas puede afectar y dificultar el sueño, lo que a su vez influye en la salud ocular”, acota.
Por otra parte, otro problema frecuente relacionado con el uso prolongado de dispositivos electrónicos es el llamado síndrome visual informático, que abarca una gama más amplia de síntomas, como irritación conjuntival, visión doble, cefaleas, mareos y dolores en el cuello, espalda, brazos y manos.
Cómo prevenir daños en la visión en niños
Miranda señala que para prevenir daños en los ojos de los niños, los padres pueden tomar una serie de medidas como:
● Limitar el tiempo de pantalla: establecer límites claros en el tiempo que los niños pasan frente a dispositivos electrónicos.
● Mantener una distancia adecuada: la pantalla debe estar a una distancia de al menos 40 a 50 cm de los ojos.
● Promover actividades al aire libre: el juego al aire libre favorece el desarrollo visual y reduce el tiempo frente a pantallas.
● Visitas regulares al oftalmólogo: los controles oculares periódicos son fundamentales para detectar cualquier problema a tiempo.
Por su parte, Fernández recomienda seguir la regla 20-20-20, fomentar las actividades al aire libre y asegurarse que los niños cuenten con fuentes de luz adecuadas cuando leen o hacen sus tareas.
“Para prevenir problemas de vista en los niños, es importante limitar el tiempo de exposición a pantallas y seguir la regla 20-20-20 (cada 20 minutos, mirar algo a 20 pies de distancia, es decir, 6 metros, por 20 segundos). Fomentar actividades al aire libre ayuda a prevenir la miopía. Además, es fundamental asegurarse de que los niños tengan buena iluminación cuando leen o estudian y llevarlos a controles oftalmológicos anuales para detectar cualquier problema temprano”, puntualiza.
Respecto a las actividades al aire libre, estudios realizados por la Academia Americana de Oftalmología señalan que la exposición a la luz natural no solo retrasa la aparición de la miopía, sino que también ayuda a frenar su progresión.
Además de sus beneficios para la visión, la exposición a la luz natural tiene efectos significativos en la salud física y mental. La activación de la vitamina D en la piel y la reducción de la depresión emocional son solo algunos de los beneficios de estar al aire libre.