Educación y sociedad
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En las aulas universitarias nacen ideas innovadoras que, con el tiempo y la perseverancia, pueden convertirse en exitosos emprendimientos, pero también en fuente de inspiración, como es el caso de 26 estudiantes de Ingeniería de Sistemas de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, que desarrollaron un novedoso sistema de comunicación independiente para el municipio de Ancoraimes (provincia Omasuyos de La Paz) que promete llevar conectividad y conocimiento a lugares donde la tecnología tradicional no llega.
Wilmer David Cori Apaza, uno de los líderes del proyecto, describe que la propuesta surgió luego de detectar una necesidad en el entorno de este municipio, vinculado a la falta de acceso a internet, las 24 horas del día.
“En la universidad nos enseñan que la tecnología puede resolver problemas. Nos dimos cuenta de que en muchas comunidades no hay acceso a internet, y con las herramientas que teníamos decidimos crear algo innovador: un sistema que no dependa de compañías telefónicas o de telecomunicaciones”, explica.
Por su parte, el docente de Unifranz y guía del proyecto, Oscar Poma, aclara que, previamente, los estudiantes realizaron un diagnóstico de situación y constataron que, si bien existen algunas computadoras en las unidades educativas de ese municipio, las mismas no se encuentran en red, por lo que también su acceso al conocimiento e información en línea está limitado.
“Por ese motivo, hemos decidido implementar un sistema de comunicación basado en antenas. Hicimos simulaciones y pruebas de campo para ver la cobertura a toda la comunidad. Esta cobertura contribuye a una conexión como si fuera wifi, para que niños y jóvenes tengan servicio a educación, a libros digitales y servicio de telefonía IP (…)”, explica el académico.
La innovación: comunicación sin internet
El proyecto se basa en antenas sectoriales que transmiten señales de comunicación en áreas determinadas, al estilo de una red wifi doméstica. Sin embargo, en lugar de depender de internet, estas antenas permiten que los usuarios se conecten entre sí y accedan a una plataforma educativa con recursos digitales actualizados, como libros, vídeos y guías en PDF.
Mijail Oliver Choque Amaro, otro integrante del equipo, explica que estas antenas crean una red local autosuficiente.
“Imagina que dos personas en la comunidad necesitan comunicarse. Con nuestra tecnología, pueden hacerlo sin crédito telefónico ni necesidad de una empresa de telecomunicaciones; porque, por ejemplo, implementamos un sistema llamado BoxPoint, que permite llamadas directas entre dispositivos dentro de la red, sin costo adicional”, explica.
Según el futuro ingeniero de sistemas, la red propaga una señal, a la cual la comunidad podrá conectarse y tener acceso a comunicación de varios tipos.
Educación al alcance
El objetivo principal del proyecto no es solo mejorar la comunicación de este municipio, sino, fundamentalmente, democratizar el acceso al conocimiento.
Wilmer destaca que uno de los mayores obstáculos para los estudiantes de bajos recursos o que viven en zonas alejadas de los centros urbanos es adquirir libros actualizados. “Con nuestro sistema, un servidor almacena todos los recursos educativos y los usuarios pueden acceder a ellos en cualquier momento, sin costo alguno. Solo necesitamos subir el contenido al servidor, y ya está disponible para toda la comunidad”.
La plataforma, diseñada por los mismos estudiantes, ofrece una solución flexible y económica. Mientras que grandes empresas gastan miles de dólares en llevar conectividad a comunidades aisladas, el presupuesto del proyecto universitario ronda solo los 5.000 dólares.
Esto despertó el interés de varias organizaciones, como una empresa de telecomunicaciones que propuso colaborar en la implementación del sistema a cambio de brindar acceso a internet gratuito en ciertas áreas.
Un prototipo en acción
Para verificar el funcionamiento de la red, los estudiantes no se limitaron a simulaciones. Salieron al campo para probar el alcance real de las antenas en condiciones concretas.
“Era necesario comprobar que las señales lleguen donde nuestros cálculos indicaban”, comenta Mijail. Los resultados fueron positivos, y ahora están afinando detalles para garantizar una mayor eficiencia en futuras implementaciones.
El sistema utiliza antenas direccionales, routers y switches, combinados con software desarrollado por los propios estudiantes. Para asegurar la calidad del proyecto, se guían por estándares internacionales de desarrollo, como la ISO, que establece las mejores prácticas en ingeniería de software.
A pesar de los desafíos técnicos, los jóvenes se muestran entusiastas por haber llevado sus conocimientos más allá de las aulas.
“Aplicar lo aprendido a un problema real es mucho más desafiante de lo que pensábamos”, reflexiona Wilmer y agrega que “ya existen antenas y routers, pero la clave es cómo usar esa tecnología para un entorno específico, donde realmente haga la diferencia”.
El proyecto ya fue presentado en varias ferias tecnológicas, recibiendo una cálida acogida y motivando a otros jóvenes a desarrollar soluciones creativas para sus propias comunidades.
“Ver que nuestras ideas inspiran a otros es gratificante. Puede que para nosotros sea solo un proyecto, pero nunca sabes qué ideas pueden surgir en quienes escuchan nuestra experiencia”, comenta Mijail.
Una idea con potencial de crecimiento
Aunque el proyecto está prácticamente terminado, los estudiantes planean seguir mejorando su diseño y explorando nuevas funcionalidades. “Recibimos retroalimentación valiosa que nos ha permitido identificar mejoras”, menciona Wilmer y agrega que “este es solo el comienzo; queremos que nuestra idea sea una solución real y sostenible para las comunidades que más lo necesitan”.
Con un espíritu innovador y comprometido, estos jóvenes universitarios demuestran que la tecnología puede ser una herramienta poderosa para cerrar brechas sociales. Su sistema de comunicación independiente no solo es un logro técnico, sino un símbolo de cómo la educación, la creatividad y el trabajo colaborativo pueden transformar realidades.