Abandono total. Oriente Petrolero cerró su participación en la División Profesional, afrontando uno de los años más complicados de su historia, rodeado de una crisis económica e institucional que afectó la parte deportiva. Los jugadores se presentaron a su último partido el sábado en Tarija con la esperanza de recibir noticias sobre el pago de salarios adeudados; sin embargo, no hubo respuesta.

El Deber Sports se comunicó este domingo con un miembro del primer plantel y le consultó si hubo algún acercamiento con la dirigencia; este respondió escuetamente: “No hay nada aún, no hay respuesta”.

La crisis en Oriente Petrolero ha alcanzado niveles alarmantes. Los atrasos salariales, que oscilan entre 9 y 11 meses, desmotivaron a los jugadores, afectando su rendimiento y generando constantes paros en los entrenamientos a lo largo del año.

 La deuda no solo es con el plantel, sino que también incluye al cuerpo técnico, cuerpo médico, utilero y administrativos, quienes prácticamente no han cobrado en todo el año.

La falta de pago y respuesta de la dirigencia creó un ambiente de desconfianza en el campamento Albiverde, lo que llevó a la barra brava y a los socios a exigir la renuncia del presidente Ronald Raldes hace algunas semanas, aumentando la presión sobre su gestión.

Según los jugadores del primer plantel, la promesa por parte de la dirigencia ha sido cancelar tres meses de salarios antes de fin de año.

Recientemente, Raldes retornó al cargo luego de haber solicitado licencia indefinida por problemas familiares. En ese entonces, la presidencia quedó al mando del primer vicepresidente René Urioste; sin embargo, Raldes volvió a sus funciones hace más de una semana y representó al club en el Congreso Extraordinario de la Federación Boliviana de Fútbol (FBF), celebrado el jueves en La Paz.

El 13 de diciembre estaba prevista una Asamblea Ordinaria del club, pero finalmente la dirigencia decidió no realizarla, generando aún más molestia entre los hinchas y socios.

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