Opinión
Cara a Cara
9 de octubre de 2024, 4:00 AM
_Como si fuera de importancia menor el desastre medioambiental en la región cruceña por la quema de 10 millones de hectáreas y sus efectos gravísimos para el ecosistema, -a la par del desmonte de sus bosques que se multiplicó por seis veces desde 2021,- Santa Cruz hasta tiene que soportar desplantes, amenazas y perjuicios de avasalladores y traficantes de tierra, entre otros abusivos y prepotentes.
_No puede llamarse de manera distinta a los invasores hasta ahora impunes de Bajo Paraguá y donde uno de sus cabecillas declaró, muy suelto de cuerpo, que no se moverían del lugar aunque sabían que su presencia no era admisible en un área considerada protegida. Se lo hicieron saber, sin vueltas, a una comisión que se trasladó a inspeccionar el lugar integrada por fiscales, parlamentarios, policías y otras autoridades.
_Otro episodio parecido acaba de registrarse en plena emergencia por los devastadores incendios forestales cuando un grupo de campesinos de una denominada ‘Regional Chiquitana’, procedió a bloquear la carretera que conecta a Concepción con otros municipios. Fue en rechazo a la pausa ambiental decretada por el Gobierno central, prohibiendo el uso de la tierra quemada por cinco años para permitir su recuperación. La reacción de los concepcioneños no se hizo esperar y procedieron a desbloquear la ruta, restableciendo la circulación de una gran cantidad de vehículos varados, con pasajeros y carga, por la acción de los bloqueadores. Afortunadamente, no hubo estallido de violencia en medio de un ambiente combustible.