Alberto Fernández, el expresidente de Argentina, está sumergido en un escándalo de proporción por la denuncia de violencia intrafamiliar por la que es investigado. Su esposa, Fabiola Yáñez, de la que hoy está separado, lo ha acusado de golpearla desde el año 2020, mientras testimonios y fotografías demuestran el hecho que es la noticia más sonada en este país. Las agresiones son investigadas por la justicia y pueden significa la apertura de un proceso judicial. De ser hallado culpable, el exmandatario puede tener una sentencia que va de seis meses a 10 años por los agravantes que hay en el caso.


La ex primera dama de Argentina hizo conocer las agresiones en 2020. Mensajes entre ella y Fernández, así como un par de fotografías en los que se la ve con moretones en los brazos y en el ojo, dan cuenta de la pesadilla que ya vivía entonces. En ese momento, la Casa Rosada informaba que ella estaba embarazada de 10 semanas y que su estado de salud era bueno.

 
Se conoce que en diciembre, cuando Fernández dejaba la Presidencia de Argentina, Yáñez se fue del país a España y que desde antes de esa fecha ya había un quiebre en el matrimonio. Ella se fue a España con su hijo y él viajó un par de veces, en teoría, para reunirse con su familia. Ahora la ex primera dama señala además que él la sigue hostigando.


De acuerdo con reportes periodísticos de Argentina, en 2020 Yáñez le envió mensajes al presidente en los que le mostraba las señales de los golpes en su cuerpo. Los brazos amoratados iban con el mensaje: “Esto fue cuando me zamarroneaste”. Y la fotografía de ella con el ojo morado iba con el texto: “Esto es de cuando me pegaste sin querer”. Estos mensajes fueron hallados en el teléfono celular de una excolaboradora de Fernández y ayer allanaron la vivienda del exmandatario con el objetivo de decomisar su celular y hallar más evidencias.


Alberto Fernández negó las acusaciones diciendo que las cosas ocurrieron de otra manera, aunque sin explicar de qué manera. Mientras tanto, hay una lluvia de críticas en su contra. La principal es del actual presidente Javier Milei, quien considera hipócrita a su antecesor. Pero de su partido político también llegaron los cuestionamientos.


La ex presidenta de Argentina, Cristina Fernández, publicó un mensaje en redes social y dijo que observa misoginia, machismo e hipocresía. No obstante, ella dejó claro que los delitos son personales y no de los partidos políticos, como para evitar que su tienda política sea blanco de ataques o que pierda credibilidad.


Alberto Fernández había creado el Ministerio de la Mujer en su Gobierno y era un militante contra la violencia de género en la escena pública, mientras que -a puerta cerrada- en la Quinta de Olivos podía estar siendo el verdugo de Fabiola Yáñez. Eso habla de la hipocresía de su Gobierno en ese tema. Sin embargo, hay otros ámbitos en los que fue hipócrita. Por ejemplo, cuando definió la cuarentena obligatoria por el Covid-19 en su país, mientras que en su morada organizó una fiesta para conmemorar el cumpleaños de su esposa. Las fotografías se filtraron y el asunto se volvió otro escándalo.


Ahora que está fuera de la Presidencia, Alberto Fernández viaja mucho y es un activo e influyente miembro del Foro de Sao Paulo, desde donde pretende dar lecciones de moral a los líderes políticos de la región.


Es importante que el tema se esclarezca y no se politice, ya que el demonio de la violencia de género puede volver a aparecer en cualquier momento. Este tipo de acciones son imperdonables y más aún si el protagonista principal es el expresidente de un país.


En ese marco, no se puede olvidar que en Bolivia hay una suma de políticos denunciados por violencia de género, violación y otros hechos contra mujeres. También tenemos un presidente acusado de misoginia y de burlarse de mujeres, sin que nadie investigue y con otros personajes celebrando sus ocurrencias, entre ellos varias mujeres.