Hace tres días cumplió 36 años, pero este año no tuvo hogar para festejar porque las llamas devastaron su casa y sus cultivos. Fue el 3 de octubre pasado, en la comunidad campesina Nueva Generación Campesina Productiva, cuando Remy Darwin Gómez Melgar fue fotografiado de rodillas, mirando cómo su casa era devorada por el fuego, responsable de las cerca de 11 millones de hectáreas que ardieron este año en Bolivia.

Remy es una de las tantas víctima de los incendios ocurridos en el municipio de Riberalta, ubicado en el departamento de Beni. Era la casa de sus sueños, dijo con tristeza y resignación a EL DEBER en una entrevista realizada el 9 de octubre; tardó tres años en construirla con sus propias manos a punta de su trabajo como agricultor. En cuestión de minutos las llamas devoraron su hogar de madera y techo de palma, frente sus ojos. En aquel momento, devastado y cansado por haber luchado hasta donde pudo contra el fuego, Remy expresó su agradecimiento a Dios por estar vivo junto a su familia.

La imagen viral de Remy Gómez arrodillado frente a su casa en llamas / Foto: RRSS

Hoy, casi tres meses después de esa jornada que cambió su vida, sigue viviendo en una carpa naranja proporcionada por el Gobierno. En el campamento improvisado después de la tragedia, se encuentran actualmente diez de las catorce familias que lo perdieron todo. En total, catorce casas fueron destruidas por el voraz incendio, y cuatro familias se alojan temporalmente en casa de sus familiares. De milagro, se salvaron el resto de las 15 casas restantes de la comunidad.

“Estamos bien de salud nomás, poco a poco estamos saliendo adelante”, comentó al comenzar la entrevista telefónica con EL DEBER. En ese momento, se encontraba en Riberalta, recién había terminado su jornada laboral en un taller mecánico de motos. Actualmente se gana la vida como mecánico, una actividad que, aunque antes realizaba de manera paralela a su labor como agricultor, ahora se ha convertido en su principal fuente de ingresos. Durante su estadía en la ciudad, aprovecha para comprar víveres, ya que en su comunidad escasean las verduras y la carne.

Escasez de material  y falta de dinero para empezar de nuevo

El fuego dejó un panorama desolador en Nueva Generación. Remy, con pesar, describe cómo aún se ve la tierra arrasada por los incendios. “En estos meses han vuelto a brotar algunos barbechos, pero la devastación sigue siendo evidente. Algunos comunarios han comenzado a sembrar maíz y arroz, pues ellos no perdieron sus casas”, explicó.

En su caso, no ha podido reunir dinero suficiente para comprar semillas y trabajar en su chaco. Todo lo que gana es para sobrevivir. En cuanto al inicio de la construcción de su nueva casa, asegura que será un proceso lento debido a la escasez de materia prima en la zona. El fuego arrasó con el bosque virgen, que era de donde sacaban el material para construir sus viviendas.

En esta época, Remy recolectaba almendras para vender en el mercado interno, pero su familia también ha perdido esos ingresos debido al incendio.   

Calor insoportable dentro de la carpa

En un corto video, Remy muestra cómo vive junto a su compañera de vida hace 12 años, Lourdes Sandoval, y sus hijos Gutmar Antonio (11) y Margu Milagro (3), en una carpa de color naranja. En el interior hay un par de colchones que usan para dormir, y en el poco espacio libre guardan en bolsas de yute sus pertenencias. La carpa tiene una puerta de acceso y pequeñas ventanas, todas cubiertas con malla milímetrica para impedir la entrada de insectos.

Vista del campamento instalado para las 14 familias / Foto: Jesús Alberto Saucedo

Sin embargo, las altas temperatura de estos meses, que han llegado hasta los 40 grados, han hecho insoportable la estadía en la carpa. Durante el día, el sol calienta la lona, lo que provoca que la sensación térmica dentro sea mucho más intensa que afuera. Cuando llega la noche, asegura que cuesta dormir debido al agobiante calor.

En el campamento tienen energía eléctrica gracias a un generador, y el agua la obtienen de norias. Los alimentos los compran en Riberalta. En cuanto a la ayuda prometida por el Gobierno -específicamente la construcción de nuevas casas para los damnificados-, hasta la fecha no han recibido nada. Lo único que les han entregado, señala Remy, es una botella de aceite y cuatro kilos de fideos. Desmiente las versiones que aseguran que han recibido “mucha ayuda”. “Eso no es mucho en comparación a lo que hemos perdido”, reflexionó. Siente enojo y frustración por la falta de apoyo suficiente después del desastre.

Una Navidad diferente

Este año, Remy pasará la Navidad en la casa de sus suegros en Riberalta. Se alejará del campamento por unos días para disfrutar de las fiestas en familia y tiene previsto visitar a sus padres para que puedan disfrutar de la compañía de sus nietos. 

Este fin de semana, los menores de la comunidad recibieron regalos de parte de una iglesia evangélica. 

Junto a su hijo, Gutmar Antonio, y su esposa Lourdes Sandoval

Al ser consultado sobre su deseo para el próximo año, Remy respondió sin titubear: “Lo más importante es tener salud, un trabajo para generar ingresos, poder volver a sembrar mi chaco y tener ganas de seguir adelante”. Pide, además, que haya abundancia en la producción de sus cultivos y la posibilidad de generar mayores ingresos económicos para reconstruir su casa.

Proyecto de reconstrucción paralizado por falta de documentación

La Defensoría del Pueblo está realizando un seguimiento a la situación de las familias afectadas por los incendios forestales en la comunidad campesina Nueva Generación Productiva. A través de un comunicado a EL DEBER, la institución informó que, según la Agencia Estatal de Vivienda, el proyecto de construcción de viviendas se encuentra paralizado debido a que la comunidad "no cuenta con la personería jurídica ni con el derecho propietario de las tierras donde están asentados".

Además, la Coordinación Regional de la Defensoría del Pueblo en Riberalta consultó a la Unidad de Gestión de Proyectos de la Agencia Estatal de Vivienda de Trinidad, y se conoció que el caso está siendo analizado en conjunto por autoridades de la Alcaldía de Riberalta, la Gobernación y el Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA).

Por otro lado, se han realizado gestiones ante el Segip para la carnetización gratuita de las personas que aún no cuentan con cédula de identidad. La entrega de los documentos se concretó el pasado 18 de diciembre. Como próximo paso, se están gestionando las inscripciones de aquellas personas que no están registradas en el Seguro Universal de Salud, utilizando el carné de identidad obtenido.


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