La división en el Movimiento Al Socialismo (MAS) obligó a que Luis Arce y David Choquehuanca no participen al lado de Evo Morales en el denominado aniversario de la Revolución Democrática y Cultural. En ese acto, el líder del partido oficialista volvió a atacar a los “traidores” al interior del MAS y les dijo que “quienes no son radicales están con el enemigo”. Mientras, desde el Ministerio de la Presidencia apuntaron al ala dura del MAS, que responde a Morales, y la acusó de cometer siete mentiras contra la gestión de Luis Arce.

El ex jefe de Estado fue duro con algunos ministros, aunque no dio nombres. También criticó que existen “golpistas” en función pública y pidió a Luis Arce que sean identificados y destituidos.

“Escuchamos que les dicen a algunos compañeros que son del grupo radical, ala radical. Hay que decir de frente: somos radicales y así nacimos. Los que no son radicales son conservadores, son vendepatrias y están con el enemigo. Hemos demostrado que nuestra radicalidad no es invento de nuestra generación, somos herederos de la historia”, afirmó Morales en el acto que recuerda que el 18 de diciembre de 2005 el MAS ganó las elecciones nacionales.

Solo Morales estaba en la testera como uno de los altos dirigentes del MAS. Se vio atrás a diputados, como Anyelo Céspedes, Gualberto Arispe y Freddy Mamani, además del senador Leonardo Loza. También estaba presente el procurador Wilfredo Chávez y exautoridades, como Nelson Cox, quien fue viceministro de Régimen Interior y destituido por el ministro Eduardo Del Castillo, y Fernando Huanacuni, que fue canciller de Morales luego de la larga gestión de David Choquehuanca. En el acto no había ministros de Estado. Tampoco asistieron Arce ni el vicepresidente.

“Tenemos que cuidar la unidad. No es posible que algunos hermanos digan: ‘renovación, renovación’; qué significa: nueva generación y fuera los viejitos. En mi experiencia hay buenos viejos y malos viejos; buenos jóvenes y malos jóvenes”, manifestó Morales sobre los pedidos de renovación al interior del MAS.

Luego, el expresidente se refirió a las banderas del MAS. Existe la supuesta instrucción de alguien del Gobierno, de bajarla cuando Arce acude a actos de entrega de obras. “Todos somos azul, no hay otro color para liberar nuestra querida Bolivia. Si otros están de otro color, están traicionando a nuestro instrumento político”.

Crisis en el MAS

El MAS atraviesa una crisis interna demostrada por la división entre el ala radical de Morales y las autoridades de Gobierno de Luis Arce. En el acto de ayer solo estaban presentes quienes apoyan a Morales y que son críticos de algunas decisiones del Ejecutivo. El procurador Chávez es autoridad y fue abogado de Morales.

El líder del MAS habló por más de una hora y en gran parte alabó su gestión por los acuerdos que se hicieron con gobiernos del exterior. Incluso se animó a pedir que se haga un trabajo post Bicentenario y dijo que tiene elaborado una agenda para celebrar los 200 años de Bolivia en 2025. No dijo si la compartió con el Gobierno o si es un proyecto del MAS.

“Si a los golpistas no se mete a la cárcel, puede haber un acuerdo por debajo”, acusó sobre la falta de procesos contra los que lideraron las movilizaciones antes de que renuncie en 2019. Además, criticó que se haya otorgado detención domiciliaria a dos exjefes militares que eran investigados por el supuesto “golpe de Estado”.

Morales aprovechó para comparar con los gobiernos de las décadas de los años 80 y 90 y dijo que se hacían acuerdos para no enviar a la cárcel a algunos, y también para “repartir pegas”.

“Ojalá que las autoridades (del MAS) no se derechicen; pero tampoco podemos permitir que se vayan a otros partidos. Son nombrados con azul y tienen que estar con azul”, cuestionó.

Morales alabó su gestión y aseguró que cumplió con varias promesas. Sin embargo, expertos ven que algunas de esas iniciativas quedaron en nada, como la nacionalización de los hidrocarburos, el modelo económico productivo y la defensa de la Madre Tierra.

El analista Jaime Dunn consideró que el modelo económico social comunitario productivo expiró en 2014 cuando los ingresos por hidrocarburos se remplazaron por la deuda pública.

Por su parte, Roberto de la Cruz, exdirigente obrero de El Alto, afirmó que no existe nacionalización de hidrocarburos y que esa promesa en el MAS no se la cumplió a pesar de que era un pedido de las movilizaciones en 2003.

“Evo Morales traicionó la agenda de octubre (de 2003) al no haberla cumplido, pese a que Evo Morales se benefició de la ‘guerra del gas’. Solo robó la lucha de los alteños para llegar al Gobierno. Pero como agradecimiento no hemos visto ninguna contribución en favor de El Alto, tampoco en favor de las provincias de La Paz. No ha cumplido con el pedido de nacionalización (de los hidrocarburos), ya que siguen trabajando las empresas transnacionales como si nada y seguimos importando gasolina y diésel”, dijo De la Cruz.

Desde el Gobierno también recordaron el aniversario de cuando el MAS ganó las elecciones en 2005. A través de un comunicado del Ministerio de la Presidencia, el Ejecutivo celebró la fecha, pero también culpó al ala radical del MAS de mentir con algunas acusaciones. Además, admitió que existe división interna y que debido a esas fricciones lo más sano era que Arce no acudiera al acto.

“Lamentablemente, una serie de acusaciones infundadas que no sólo dividen a nuestro instrumento político, sino que objetivamente no coadyuvan a tener un escenario favorable para tener una celebración conjunta este 18 de diciembre: Día de la Revolución Democrática y Cultural”, detalla el documento publicado por el Ministerio de la Presidencia y que fue difundido por ministros de Estado, como Iván Lima, y páginas de entidad públicas, como la Vicepresidencia del Estado.

Siete mentiras

Las siete mentiras que enumera el Gobierno a través del comunicado son: pacto de impunidad con la derecha a cambio de gobernabilidad; instrucción del uso de banderas rojas (color del Partido Socialista 1 (PS1) en sus actos en lugar de las azules del MAS; que el registro de las entidades públicas serían empleados en la personería jurídica del PS-1.

Una cuarta mentira identificada es la protección al narcotráfico y que la DEA esté trabajando en Bolivia; un plan para impedir que Evo Morales sea el siguiente candidato a las elecciones presidenciales; las acusaciones sobre los posibles traidores del MAS, y la denuncia pública de que desde el Gobierno habrían infiltrado a personas en los actos de este 18 de diciembre, que se realizará en Sacaba, Cochabamba, con el fin de perjudicar el encuentro.

El Gobierno de Arce está consciente de que estas fisuras pueden romper la estructura del MAS y por eso pide al ala radical que exista voluntad de unidad al interior del partido oficialista. Además, el Ministerio de la Presidencia pide “profunda reflexión” para resolver los problemas internos.

“Esperamos que pronto exista una profunda y amplia reflexión al interior de nuestro instrumento político MAS-IPSP, a fin de evitar fracturas que, de profundizarse, generarán daños que costarán reparar y pondrán en riesgo el proceso más importante de transformaciones estructurales para el pueblo boliviano. Por sobre nosotros como personas, debe anteponerse siempre el interés común y del sujeto histórico, que siempre es el pueblo organizado”, dice el pronunciamiento.

Luis Arce no fue ajeno a esta celebración. A través de sus redes sociales aplaudió la llegada del MAS al poder y aseguró que se debe al partido oficialista.

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