"Gravísimo, y se lo ve normal. (...) A fines de agosto del año pasado se registraron un poco más de 82.000 hectáreas quemadas en Bolivia y en noviembre pasamos las 3 millones. Este 2024, en agosto, tenemos 4 millones de hectáreas arrasadas por el fuego, que además ingresó en seis áreas protegidas; encima falta el periodo más crítico. La diferencia entre agosto de 2023 y agosto 2024 es abismal. No hay culpables ni lucha efectiva. Los negocios con la tierra y los avasallamientos siguen sin control y hasta se animan a modificar la vocación de la tierra en la Amazonía boliviana", dijo desde sus redes Fernando Alfonso Vaca Suárez, senador de Comunidad Ciudadana por Beni.

Recordó que en Riberalta están prohibidas las quemas y chaqueos desde el 15 de julio hasta el 15 de octubre, y que a pesar de todo eso "el cielo es gris. Con cuatro funcionarios de ABT, ninguna prevención, ningún proceso educativo y ninguna sanción".

Para Vaca, todo lo que está pasando "es inhumano, y cualquier explicación no solo debe ser técnica, sino también moral. 

¿Cómo se acaba con esta lógica depredadora que no se justifica en crecimiento de la producción? Van 2,6 millones de hectáreas quemadas en Santa Cruz y 1,3 millones en Beni", remarcó.

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