Para Ellas
Ajo, sal & pimienta
Son condimentos básicos que enriquecen el sabor de las comidas con diferentes hierbas y picantes.
Rita Medina (NUTRICIONISTA. DIETÓLOGA)
Muchas veces nos encontramos con una muralla que no sabemos vencer, intentado que nuestros niños coman lo que necesitan y no solo lo que les gusta, generalmente nos damos por vencidos y terminamos alimentando al niño de acuerdo con sus preferencias, que por lo general no son las más nutritivas.
Enseñar a los hijos a que no sean selectivos y coman de todo, además a valorar la importancia de una alimentación saludable, demanda un gran esfuerzo, sin embargo, es responsabilidad de los padres, no la transfiera a los niños, ellos no deben elegir sus alimentos, los padres deben guiar en este importante aspecto del desarrollo y crecimiento.
Los aspectos psicológicos
Tomar en cuenta su estado emocional. La inapetencia o ansiedad suele ser el resultado de la llegada de un hermanito, la falta de atención o la ausencia de los padres en la hora del almuerzo.
También existen los trastornos por deficiencia de cinc, este mineral es requerido para el desarrollo de las papilas gustativas y el apetito, la deficiencia de este mineral se manifiesta disminuyendo el sentido del gusto, los niños no sienten los sabores y escogen tres o cuatro alimentos, cuando se restituye el mismo, retoma la normalidad.
Hay que pedir consejo a un nutricionista para corregir esta carencia.
Enseñanza para los papás y sus hijos
Desarrollar buenos hábitos desde la primera infancia, si los padres no comen verduras, los hijos tampoco.
-Deben informarse sobre una alimentación bien equilibrada y predicar con el ejemplo.
-Que valoren la importancia de seguir las pautas de la alimentación diaria, recuerde que debe servirse desayuno, fomentar el desayuno completo, variado y equilibrado.
¿Cómo educarlos?
Sobre todo, enseñar que coman y prueben de todo, presentándoles la mayor variedad de alimentos posible, vez por vez.
Es en el hogar donde los niños adquieren y aprenden los buenos hábitos alimenticios.
Lo más importante: dedicar el tiempo necesario para que coman despacio y aprendan a disfrutar la comida.
Una alimentación saludable y, además, la actividad física se traduce en una mejor calidad de vida.
La buena comida y la práctica del deporte con asiduidad favorecen el crecimiento, mantenimiento y conservación de la salud durante la niñez y adolescencia, en verdad toda la vida.
Errores más frecuentes en la alimentación de los niños
-No se deben usar los alimentos como premio ni castigo.
-No enseñar a los niños a alimentarse bien, pasar por alto la buena alimentación.
-No proporcionarles desayuno o un desayuno adecuado.
-Tomar tres raciones de productos lácteos al día.
-Tomar demasiado jugo.
-Cereales azucarados y/o chocolateados para el desayuno.
-Preguntarles qué quieren en las comidas.
-Incorporar muchas frituras en la comida.
Menú equilibrado
Desayuno. Lácteos: 1 taza (leche, yogur, queso)
Cereales sin azúcar. Quinua, avena, amaranto, fruta, huevo, panes integrales. Una porción / 1 paire.
Una fruta. Naranja papaya, piña, manzana, guineo, o cualquier fruta de estación. Incluir siempre un cítrico.
Merienda (mañana y tarde). Una fruta o fuente de proteína, o una taza de leche, yogur.
Almuerzo y cena. Su platito debe constar de: -Una sola variedad de carbohidratos que ocupará la ¼ parte del plato. Opciones: papa, yuca, quinua, trigo, maíz, lentejas, garbanzos, frejol, plátano, arroz, fideo y otros.
-Las proteínas deben ocupar la otra ¼ parte del plato. Opciones: pescado, carne de res, pollo, huevos, queso.
-Verduras variadas en la mitad del plato, sobre todo, las de mayor contenido de vitaminas: espinacas, acelgas, zanahoria, zapallo, arvejas.