El testimonio de la adolescente y colegiala de 17 años dejó asombrados a todos. Declaró de manera burlesca ante la Fiscalía y los policías responsables de la investigación. Reveló que le quitó la vida a la niña con más de 30 puñaladas y utilizando un palo por experimentar nuevas sensaciones.
Las investigaciones de la Policía y de la Fiscalía fueron más allá pues verificaron un comportamiento o conducta fuera de lugar de la agresora. Establecieron que la adolescente ya venía practicando violencia. En su casa, incluso, eliminaba a sus mascotas como gatos y perros. En su colegio acostumbraba a cortar con una navaja y al descuido a sus compañeros y amigos.
La niña de 8 años desapareció la tarde del 7 de agosto luego de salir de su casa para ir a la tienda a recoger el cambio que le debían por la compra de dulces. Fue en la comunidad de Miraflores, en San Rafael de Velasco. La tienda era también el hogar de la adolescente de 17 años. Vivía junto a sus padres.
Tras su desaparición, agentes de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen, de la Fuerza Especial de Lucha Contra la Violencia, Defensoría de la Niñez y la Fiscalía se movilizaron en busca de la niña. El fiscal asignado, Víctor Hugo Cervantes, dirigió las diligencias.
Según las pesquisas, los padres de la niña participaron con sus hijos en los desfiles patrios. Ahí estaba la niña de 8 años.
Las investigaciones establecieron que el siete por la tarde, la niña acudió a la venta para que le entreguen el cambio de una compra que hizo antes. Fue atendida por la adolescente que le regalaba dulces. Esta vez, la hizo entrar y, más tarde, le quitó la vida. Le asestó más de 30 puñaladas. La agresora estaba sola pues sus padres habían salido con otros familiares a pescar.
La agresora no solo le aplicó puñaladas, sino que la golpeó con un palo. Primero enterró el cuerpo en el patio, lo cubrió con basura, barrió toda la casa, para cubrir el cuerpo y quería prenderle fuego.
Después llegaron los padres y otros familiares de la adolescente. Descubrieron todo y trasladaron el cuerpo para enterrarlo en otra fosa que cavaron en Miraflores.
Los informes presentados por el fiscal Víctor Hugo Cervantes señalan que el día 7 por la tarde -casi en la noche- en la intensa búsqueda de la niña, policías, personal de la Defensoría y los padres de la víctima acudieron a la tienda. Fueron atendidos por la misma adolescente de 17 años quien en dos oportunidades les dijo que no vio a la menor.
Las investigaciones establecieron que mintió. La niña estaba herida, pero aún con vida, agonizando en el interior de la casa y pudo ser salvada a tiempo.
El fiscal Víctor Hugo Cervantes presentó imputación contra la agresora por considerarla con responsabilidad penal en el delito de infanticidio. Por tratarse de una adolescente se sometió a una medida anticipada y el juez de San Ignacio de Velasco la sentenció a seis años en el hogar Cenvicruz. La audiencia se desarrolló de manera virtual.
De acuerdo con las la investigaciones, la Policía y la Fiscalía establecieron que los padres de la agresora y un tío también participaron del hecho fueron aprehendidos e imputados por infanticidio en grado de complicidad. La adolescente, junto a sus padres y su tío, fue trasladada por la Policía a Santa Cruz de la Sierra por razones de seguridad.
El juez Miguel Borja presidió la audiencia virtual de los padres y el tío. El fiscal Cervantes fundamentó que hay evidencias de que ellos participaron para hacer desaparecer el cuerpo.
La Fiscalía adjuntó todas las pruebas y el juez ordenó la detención de los tres en la cárcel de Palmasola.
El hecho causó conmoción y los pobladores de San Rafael de Velasco decretaron tres días de duelo. Los padres y familiares de la niña la recuerdan como valiente, estudiosa, ágil y querida por todos sus compañeros.
La familia clama justicia y espera que se aplique la máxima pena.