Entre lágrimas, tanto hombres como mujeres de la comunidad Macanaté de Concepción, manifiestan su preocupación por lo que pasará después de que se apaguen todos los incendios. Aseguran haber dejado todo en sus viviendas, para poder salvaguardar sus vidas, y aunque reconocen que la ayuda humanitaria está llegando, saben que no será de manera indefinida. 

Elizabeth Soquere, comunaria y madre de cuatro menores de edad, reveló que llegaron desde su comunidad a un albergue improvisado en el mismo municipio de Concepción. Asegura que desde el primer día tuvieron que organizarse para la olla común y atender a los más chicos, porque algunas familias encomendaron su cuidado, mientras ellos intentan defender sus pertenencias del fuego. 


"En la comunidad se quedaron como cuatro o cinco familias, a cuidar los animalitos y lo poco que quedó. A cambio, nosotros trajimos a los más chicos, para que no inhalen el denso humo", afirmó Soquere. 

De su lado, Lorenzo Soquere Chuvé, también comunario de Macanaté, con lágrimas en los ojos confesó nunca haber visto semejante devastación ambiental como la de ahora. 


"Se quemó nuestro bosque, nuestra madera apilada y lista para vender; nuestros sembradíos de plátano, de café, de arroz. El fuego arrasó con todo. Sabemos bien que por ahora nos ayudan con víveres, pero no será para siempre. ¿Cómo vamos a volver a empezar?", se cuestiona el hombre de unos 60 años de edad. 

Cabe aclarar que esta comunidad no ha sido la única evacuada. Según un reporte elaborado por Alas Chiquitanas hay cuatro casas comunales, donde se improvisaron albergues para las familias damnificadas. 

Justamente la noche del martes evacuaron a 16 personas de la comunidad Río Blanco. 

La situación en los municipios al este del departamento cruceño es cada vez peor. Si bien la madrugada de este miércoles se registraron algunas precipitaciones en la capital cruceña y algunos municipios aledaños, en regiones como el Bajo Paraguá no hubo ni siquiera una chilchina. 

Rolvis Pérez, de la comunidad Porvenir TCO Bajo Paraguá, informó que el desgaste de los bomberos y voluntarios en el lugar es evidente. En esta región no se registró ninguna lluvia y los recursos con los que cuenta cada día se agotan, tanto los referentes a los materiales como en los víveres para los damnificados.


"Agradecemos el apoyo de diferentes instituciones, pero los recursos se están agotando", aseguró Pérez. 

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