El Servicio Departamental de Salud (Sedes) de Santa Cruz enfrenta duras críticas por su manejo del caso de intoxicación alimentaria, que afectó a más de 200 brigadistas durante la campaña de vacunación contra la rabia canina. La Federación de Sindicatos de Ramas Médicas de Salud (Fesirmes) acusa al Sedes de encubrir a la empresa de catering responsable de la preparación y distribución de los alimentos y de usar términos engañosos para minimizar la gravedad del incidente.

Rocío Rivera, secretaria general de Fesirmes, rechazó las declaraciones del director del Sedes, Jaime Bilbao, quien describió el hecho como una "transgresión alimentaria" en lugar de una intoxicación. Rivera afirmó que el Sedes intenta desviar la atención y proteger a la empresa que proporcionó los alimentos contaminados. 

"No podemos permitir que se utilicen términos incorrectos para encubrir la verdad. Esto fue una intoxicación alimentaria, que afectó a cientos de personas, y el Sedes debe asumir su responsabilidad", enfatizó.

Fesirmes también denuncia la falta de transparencia en la contratación de la empresa de catering, cuyo nombre sigue sin revelarse. Según Rivera, el Sedes no verificó si la empresa contaba con la licencia de funcionamiento y los registros sanitarios necesarios para operar. 

"El Sedes debió inspeccionar la calidad de los alimentos y asegurarse de que la empresa cumpliera con todas las normativas. No lo hicieron, y ahora intentan ocultar la información", agregó.

Tanto Fesirmes como la Gobernación han presentado denuncias ante el Ministerio Público, exigiendo una investigación exhaustiva. La Gobernación pide que se investigue por incumplimiento de deberes y atentado contra la salud pública, mientras que Fesirmes exige que se determinen las responsabilidades del Sedes en este caso.

"Es esencial que se esclarezcan los hechos y que se determinen las responsabilidades. La salud pública no puede ser tratada con negligencia, y menos aún cuando hay indicios de encubrimiento y falta de transparencia", sostuvo Rivera.

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