Santa Cruz
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María Guadalupe Montenegro Flores trabajó durante años como profesional en la Delegación Defensorial de Santa Cruz y es madre de una niña con parálisis cerebral. El 15 de este mes recibió su memorándum de despido firmado por el Defensor del Pueblo de Bolivia, Pedro Francisco Callisaya Aro.
La profesional es madre de una joven hoy de 25 años con parálisis cerebral y el Estado le otorgó carné que certifica su discapacidad múltiple y muy grave.
El memorándum de despido entregado a María Guadalupe Montenegro señala que es en cumplimiento a lo dispuesto por la resolución jerárquica 002/2024 del 11/11 / 2024, que, confirma en todos sus extremos la revocatoria RV.
Este documento ratificó la resolución final del 8/08/2024 que determinó responsabilidad administrativa y dispuso la destitución de la servidora pública en base al artículo 47 parágrafo 2 que establece por faltas gravísimas con destitución.
La resolución final emitida contra la funcionaria después de un sumario proceso interno administrativo señala que se sujeta al reglamento interno de personal de la Defensoría del Pueblo.
“A través del presente memorándum pongo en su conocimiento la decisión de destituir de su cargo como profesional tres de servicio al pueblo, dependiente de la Delegación Defensorial Departamental de Santa Cruz. En ese sentido su último día de vinculación laboral con la Defensoría del Pueblo será el viernes 15 de noviembre, de 2024”, señala.
Tras recibir el memorándum de destitución, María Guadalupe Montenegro Flores elevó una carta al defensor del pueblo Pedro Francisco Callisaya Aro.
La servidora expresa que es víctima de una trama con saña, dolo, premeditación y alevosía saliendo a resaltar la discriminación y el acoso laboral del que ha sido víctima desde hace mucho tiempo en su fuente laboral.
En su carta, la funcionaria señala: “Se me ha instaurado proceso sumario injusto, donde ni siquiera se ha considerado mi defensa. (...) Esto es típico del actuar de los jueces en este sistema corrupto e injusto quienes con denuncias falsas privan de libertad a las personas sin agotar los medios probatorios”.
La funcionaria asegura que es denigrada como persona y funcionaria pública, pero que, pese a ello, la gente sigue buscándola pidiendo atención.
“Soy víctima de ustedes funcionarios que dizque trabajan en la defensa de los derechos humanos. En esta institución de defensa de los derechos es donde más existe vulneración de derechos, aquí no se respeta horarios, no se considera situaciones de salud ni familiares, no hay empatía. Esta palabra solo la usan como discurso, el centralismo solo exige que se le dé gusto camuflado de cumplimiento, sin considerar que el funcionario es un ser humano, que tiene familia, que es padre y/o madre, que es también hijo o hija”, indica.
Agrega que aguantó todo este tiempo por la necesidad del trabajo y porque tiene empatía con la gente. También le revela al defensor del pueblo que incluso al trabajo acudía con su hija con parálisis cerebral.
“Antes del A.V.V que me dio en horas de trabajo en la oficina me quedaba hasta tarde a trabajar, varias veces. Traje a la oficina a mi niña que tiene parálisis cerebral para trabajar más tranquila y me quedaba toda la noche para poder cumplir con los resultados; controlan la hora de ingreso, pero no controlan la hora de salida, no valoran el trabajo de uno como funcionario, nos creen robots”, dijo.
"Actualmente, después del A.C.V. no puedo exigir a mi cuerpo mucho porque mi salud está muy quebrantada y me queda otra cirugía del cerebro", agrega.
Finalmente hizo conocer al defensor Callisaya que “he sido discriminada por profesar mi fe en Jesucristo, eso les ha molestado siempre a todos en la Defensoría del Pueblo y tenga la seguridad de que no cambiaré en ese aspecto. Le recalco que se han vulnerado todos mis derechos en esta institución, le manifiesto que por temas de salud no podré concluir los casos, me es imposible”.
Tras su destitución, dice que varias personas se han solidarizado con ella, como médicos de la Caja Nacional de salud, comunidades de menonitas y mujeres que sufren de violencia familiar.