Santa Cruz amaneció este viernes 6 de septiembre en un ambiente de paro cívico departamental convocado por el Comité pro Santa Cruz, como medida de protesta contra los resultados del Censo de Población y Vivienda 2024. 

A las 00:00 horas de este viernes, Fernando Larach, presidente del Comité Cívico, dio inicio a la movilización en el Cristo Redentor, emblema de la ciudad, acompañado por la Unión Juvenil Cruceñista. Los primeros bloqueos comenzaron a organizarse a esa misma hora en distintos puntos estratégicos de la ciudad y sus alrededores.

Desde temprano, los periodistas de EL DEBER recorren los principales puntos de la ciudad para observar cómo se acata el paro. En la zona del segundo anillo y Cristo Redentor, el movimiento vehicular y comercial es prácticamente nulo. Las rutas de transporte público que usualmente funcionan a esta hora, como los micros y trufis hacia Yapacaní, Bulo Bulo y Montero, no están operando. Los negocios permanecen cerrados, y solo algunos vehículos particulares se animan a circular.

En contraste, el Plan Tres Mil presenta más actividad. Aunque algunos puntos de bloqueo fueron levantados a primeras horas de la mañana, el transporte público y particular se mueve con relativa normalidad. A pesar de la presencia de escombros y cintas que intentan obstruir las vías, los minibuses y motocicletas circulan sin mayores problemas.

En Los Lotes, al sur de la ciudad, se observan los primeros bloqueos en la avenida Palmar del Oratorio. Personas con banderas cruceñas colocaron llantas y escombros para interrumpir el tránsito. Sin embargo, se permite el paso de cisternas y vehículos con servicios esenciales. 

Mientras tanto, en la carretera al norte, a la altura del kilómetro 8 de la avenida Cristo Redentor, los bloqueos están más estrictos. Los vecinos cortaron el paso de vehículos, incluyendo motocicletas, aunque dejan pasar a ambulancias y taxis rumbo al aeropuerto Viru Viru, donde los vuelos se mantienen con normalidad.

El Mercado Abasto antiguo, uno de los más concurridos de Santa Cruz, permanece en su mayoría cerrado. Solo unos pocos puestos de comida y abarrotes abrieron sus puertas, pero el bullicio típico de compradores y vendedores brilla por su ausencia. 

En la Villa Primero de Mayo, el movimiento también es mínimo. La principal zona comercial luce desierta, con negocios cerrados y una circulación vehicular casi inexistente, mientras algunos vecinos se organizan para mantener vigilias en los puntos de bloqueo.

Anoche, el Comité Cívico insistió en que el censo fue "un robo", por lo que demandó un conteo justo y transparente de la población. Según Larach, las mesas técnicas entre el Comité, la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno y la Gobernación buscan demostrar científicamente las irregularidades en los datos presentados por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

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