El fuego no logra ser controlado y genera nuevas emergencias en distintos municipios cruceños, donde los incendios obligan a la evacuación de familias y afectan a viviendas, cultivos y animales. A pesar de los esfuerzos desplegados, incluyendo el envío de brigadas, maquinaria pesada y apoyo aéreo, el fuego ha rebasado la capacidad de respuesta y la ayuda no llega a todas las comunidades.

Las llamas también dejan un panorama desolador en los bosques, con grandes extensiones de árboles quemados y animales muertos. Los reporten muestran que los incendios están causando una de las peores catástrofes ambientales. Santa Cruz registra una superficie quemada de 1.808.101 hectáreas, de las cuales 1.075.632, es decir, un 59%, corresponde a bosques, según el reporte de la Autoridad de Fiscalización y Control Social de Bosques y Tierra (ABT), hasta el 20 de agosto. Esto significa que solo el 41% (732.469 hectáreas) de la superficie quemada es pastizal. En Bolivia, de las 2.984.311 de hectáreas afectadas, un 38% corresponde a bosque.

Con 62 incendios activos en el país, 53 de ellos en Santa Cruz se hace difícil atender los pedidos de auxilio que llegan desde distintas zonas. Los municipios ya agotaron sus recursos y claman por más apoyo, como sucede en Ascensión de Guarayos. “El Gobierno Municipal no puede más, la gente ya está totalmente agotada, los recursos del Gobierno Municipal también están agotados, porque hasta ahora hemos enfrentado solos las emergencias, con nuestros recursos. Se han tenido que suspender las clases en el distrito de Ascensión de Guarayos y se han incrementado las Infecciones Respiratorias Agudas”, alertó el presidente del Concejo Municipal, Robert Shock.

La situación es tan grave que dirigentes comunales claman por ayuda, señalando que los recursos disponibles ya no son suficientes para hacer frente a la magnitud del desastre. “Pedimos ayuda a las autoridades para que tomen cartas en el asunto y realmente hagamos un trabajo conjunto para salir de esta crisis que nos está azotando gravemente dentro de la TCO Monte Verde”, manifestó Ignacia Supepi, dirigente de la comunidad Río Blanco, donde los pobladores se han organizado para hacer frente al fuego que rodea a la comunidad.

Describe la situación como “realmente grave”. “Hay muchas comunidades, como Santa Mónica y Palestina, que tienen incendios grandes. De la zona uno han evacuado a los ancianos que estaban con sangrado en la nariz y otros con presión alta y problemas respiratorios. También se han suspendido las clases”, informó.

Nancy Paime, vicepresidenta de la comunidad Santa Mónica, señala que el fuego los rodea y están en la lucha para que sus casas no sean alcanzadas por las llamas y para poner a salvo a niños y ancianos. “Muchas comunidades estamos sufriendo por los incendios, hay personas inconscientes que queman y el fuego se descontrola. Pedimos medicamentos y sueros de rehidratación para los jóvenes que están en primera línea y que están sufriendo el agotamiento. Pedimos a las autoridades departamentales y nacionales que nos tomen en cuenta y envíen mayor ayuda. Estamos tropezando porque la asistencia no es suficiente. Prácticamente estamos rodeados por el fuego y no tenemos cómo escapar”, manifestó, al aclarar que un grupo de militares llegó a la zona para apoyar a las tareas diurnas, pero se necesita más apoyo para hacer la contención durante la noche porque el fuego se reactiva a cada momento debido a los fuertes vientos.

La emergencia se está dando en diferentes comunidades. En Villa Nueva se quemó la casa de la familia de María Luisa Ortiz, presidente de la OTB, quien perdió todo. “La situación es alarmante, necesitamos ayuda urgente, solos no vamos a poder controlar el fuego”, recalcó la dirigente de la comunidad indígena Villa Nueva, ubicada a 56 kilómetros de Concepción y que  cuenta con 20 familias.

En Concepción una capa de humo cubre el ambiente y la gente ya no tiene dónde protegerse de la contaminación. San José de Chiquitos también sufre la misma situación, al igual que en Ascensión de Guarayos y el resto de los municipios cruceños.

En Guarayos la humareda obliga a los conductores a circular con las luces encendidas y los pobladores padecen de irritación en los ojos, nariz y garganta.  

En Ascensión de Guarayos se sienten huérfanos en la lucha contra el fuego, pues el personal municipal que se desplaza es insuficiente para enfrentar las emergencias, donde se ha afectado bosques, sembradíos y pampas. Las autoridades señalan que están luchando por salvar lo queda de las plantaciones de piña y el ganado también está muriendo, al igual que los animales silvestres. Reportan la muerte de 40 cabezas de ganado.

El presidente del Concejo Municipal de Ascensión de Guarayos indicó que este martes amanecieron con la peor calidad del aire y la situación es insoportable. Además, reclama que la lucha la están enfrentando los bomberos municipales que diariamente salen a atender las emergencias con la ayuda de algunos ganaderos que ponen personal para el combate, porque asegura que, pese a la declaratoria de desastre, no han tenido ayuda del Gobierno nacional y la de la Gobernación ha sido mínima.

Dionisio Castro, coordinador de Emergencia de la Dirección de Gestión de Riesgo de la Gobernación, informó que hay incendios activos en 14 municipios, localizados principalmente en Concepción, Urubichá, Ascensión de Guarayos  y Cabezas.

La baja visibilidad obligó a  suspender operaciones aéreas en varios aeródromos de la Chiquitania. La medida incluye el cierre de ocho aeropuertos secundarios, entre ellos los de Ascensión de Guarayos, San Javier, Concepción y San Ignacio de Velasco.

Gobierno

El viceministro de Defensa Civil, Juan Carlos Calvimontes, resaltó que no han dejado de atender a los municipios desde el primer momento. Este martes entregaron ayuda humanitaria para seis comunas cruceñas, donde se encuentran distintas comunidades que pertenecen a pueblos indígenas.

Sin embargo, Calvimontes reconoce que está siendo muy complicado atender las emergencias porque apagan dos o tres incendios y al día siguiente surgen otros porque persiste la quema de pastizales y los chaqueos. “Lamentablemente no hay forma de frenar porque la gente sigue quemando y chaqueando y esto se está tornando muy difícil de controlar”, señaló.

El Viceministerio de Defensa Civil tiene movilizado a 551 efectivos en las distintas operaciones, mientras que la Gobernación desplaza a 400 brigadistas  y personal técnico para apoyar las tareas de combate. A esto se suman la fuerza de las comunidades, municipios y voluntarios.

 El viceministro cree que algo está sucediendo para que los pueblos indígenas estén siendo azotados por el fuego. “Es importante que ustedes también investiguen. No puede ser que nosotros apaguemos el fuego, cuidamos sus comunidades y al día siguiente nos enteramos que otra comunidad está en peligro, y eso los tiene a ustedes en zozobra permanente, porque los obliga a hacer evacuaciones rápidas”, señaló en presencia de la dirigencia indígena.

Resaltó que los incendios son una amenaza para la vida,  la salud y la producción, por eso pidió denunciar y que los gobiernos municipales se declaren en desastre, cuando sientan que sus capacidades están siendo rebasadas, para recibir ayuda de los otros niveles del Estado.

Respecto a la situación de Ascensión de Guarayos, dijo que él tuvo que llamar al alcalde para decirle que se enteró por los medios de comunicación, a través de su presidente del Concejo, que su municipio está declarado en desastre y le anunció que inmediatamente se está movilizando a un contingente para que les auxilien en la lucha contra el fuego.

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