Los pedidos de auxilio llegan desde distintas zonas. La Chiquitania y la Amazonia boliviana llevan un mes y medio librando una dura lucha contra los incendios y sienten que la ayuda de las autoridades departamentales y nacionales es insuficiente ante la magnitud de las llamas que dejan destrucción.

El paisaje fue reemplazado por una densa nube de humo y el verdor de los bosques por uno carbonizado. El sonido del viento fue sustituido por el crujido de los árboles incendiados y el clamor de las comunidades atrapadas en un constante estado de alerta y desesperación.

En la comunidad Naranjos, de Roboré, viven en constante zozobra desde hace nueve días y la mirada de los pobladores refleja noches sin sueño y días de angustia.
“El domingo vivimos un infierno, porque el fuego rodeo nuestra comunidad. Las llamas eran grandísimas y, en cuestión de una hora, llegaron cerca del cementerio y de las viviendas. No hemos podido dormir porque el fuego nos está rodeando del norte y del sur. Si bien el flanco izquierdo ya fue controlado, ahora estamos bajo la amenaza de otro incendio que viene del lado derecho”, informó María Rosario Rodas, cacique de la comunidad donde viven 20 familias.

Hombres y mujeres hacen fuerza común en la lucha contra el fuego, incluyendo tres mujeres, que están en la primera línea como parte de los grupos de bomberos comunales.
A pesar del apoyo de bomberos municipales, voluntarios y orugas para abrir brechas cortafuego, se necesitan más vehículos y personal para los relevos. La sequía de seis meses ha convertido el monte seco en combustible para las llamas. El municipio lleva un mes con incendios.

En San Javier también van 46 días asediados por el fuego, lo que ha obligado a suspender las actividades de las fiestas patrias.
“La situación empeoró, porque volcó el viento al lado sur y todas las líneas cortafuego que hicimos fueron rebasadas. Ahora estamos entrando con el apoyo de 46 militares”, dijo Alex Galarza, responsable de la Unidad Forestal Municipal de San Javier.

Las comunidades de San Antonio y Villa Dolly están amenazadas, donde la noche del domingo tuvieron que evacuar a algunas personas, incluyendo menores de edad. “La gente retornó, porque el viento llevó el humo a otro lado. El fuego estaba sumamente cerca”, lamentó.

La parte de la serranía San Lorenzo es lo que no se puede controlar, por lo que están protegiendo la toma de agua.
El alcalde de San Javier, Dany Áñez, también manifestó que fuego avanza descontrolado en la serranía, que es difícil acceso, pero también se extiende en zonas pobladas. “Son 12 comunidades que se están defendiendo. Si no se han registrado incendios de casas es porque hemos estado trabajando y ayudando. Hay mucho humo y ceniza, porque hay una línea de fuego de unos 15 kilómetros. San Javier está ardiendo prácticamente”, dijo el burgomaestre.

También sufren por la sequía, por lo que están racionando el agua potable. Cortan a las 19:00, durante diez horas, pero si la situación empeora se verán obligados a hacerlo por días.

“La única fuente de agua que tenemos es Las Maras y lo que necesita el pueblo son 18 litros por segundo, pero la fuente está dando ocho litros por segundo, entonces estamos desfasados. Hay dos pozos perforados, pero también no se los puede sobreexplotar. Tenemos sequía extrema en más de 30 comunidades. No podemos abastecer porque tenemos un solo cisterna grande y es insuficiente. Estamos repartiendo agua para el consumo y para los animales, porque hay muchos atajados secos. Está grave la situación”, dijo.

Lamenta que todavía no se siente la ayuda de las otras instancias de gobierno. “Ayuda grande no hemos recibido, solo algunas donaciones que no son suficientes”, dijo Áñez.

En los municipios hay voluntarios que apoyan en el monitoreo de los incendios. La Fundación Bosques de Vida ayuda con drones que permite planificar las estrategias de combate, informó el director Paúl Ortiz. 

También hay desesperación por lo que sucede en el Área Natural de Manejo Integrado San Matías, que lleva un mes en llamas con más de 200.000 hectáreas devastadas. Las imágenes tomadas el fin de semana mostraban el infierno de las llamas, que se acercaban a la comunidad San Fernando. Claman por apoyo con personal y maquinaria pesada.

Santa Cruz en llamas

En informe oficial

En todo este tiempo se han registrado 96 incendios en Santa Cruz, que ya afectaron 444.966 hectáreas, entre pastizales, bosques y zonas productivas. Este lunes se reportaron 31 incendios que afectan a 14 municipios. 


Ante los pedidos de ayuda, el viceministro de Defensa Civil, Juan Carlos Calvimontes, informó que se sumarán más bomberos forestales a la lucha contra los incendios. Detalló que el Ejército está enviando 255 efectivos de diferentes unidades.

Calvimontes lamentó que “muchísimas veces” se tenga que informar de los incendios a través de los medios de comunicación. “Eso hace que la respuesta sea un poco demorada porque con los alcaldes y sus (unidades de riesgo) necesitamos hacer las coordinaciones logísticas”, afirmó.

Por su lado, la Gobernación, a través del Comité de Operaciones de Emergencia Departamental (COED), está enviando las invitaciones para una reunión a realizarse el 5 de agosto, a las 14:30 horas, con la finalidad de analizar el tema de los incendios en Santa Cruz.

El Gobierno Departamental ya declaró emergencia por incendios y también ha desplazado brigadas médicas. De igual forma, el Ministerio de Salud habilitó puntos de atención en la Chiquitania.

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