A un año de creación de la cuenta en la que muestra sus trabajos, ya tiene un millón de seguidores en TikTok.

José Ernesto García (21) nació en Yacuiba, cuando estaba en el colegio perdió a su padre en un accidente de moto. Desde ese momento la vida se le puso más difícil, ya que era el mayor y su mamá quedó a cargo de dos hijos más, a los que mantiene con su trabajo como comerciante en un mercado de Villa Montes.

La muerte de su padre, al que era apegadísimo, lo marcó tanto que empezó a diseñar piezas de robótica con material reciclado, como una forma de evadir su realidad, que consideraba “triste”. 

Cuando su historia se dio a conocer el año pasado en EL DEBER, varias universidades le ofrecieron la carrera gratis, y José Ernesto tomó una de las opciones en Tarija, relativamente cerca de su familia. Sin embargo, sin ayuda económica, no pudo costear el alquiler y la comida por mucho tiempo, y tampoco rendir como se esperaba en lo académico.

Se vio obligado a refugiarse en Yacuiba, en casa de su abuelita y sus tíos, y siguió creando piezas de mecatrónica y robótica.
Sus seguidores en TikTok empezaron a ‘mencionar’ en las publicaciones de José Ernesto a Katya Echazarreta, la primera mujer mexicana en llegar al espacio, que se convirtió en seguidora. “Wow, sigue así”, le escribió desde su cuenta oficial.

Además, ya en privado lo invitó a ser parte del Campamento Espacial Misión Marte 2023, que se llevará a cabo del 10 de julio al 4 de agosto, en Jalisco (México).

José Ernesto es el único invitado de Sudamérica a este evento, en el que se abordarán diversas temáticas: robótica, diseño y programación; divulgación científica; entrenamiento físico y psicológico; mecatrónica y electrónica; desarrollo de prototipos, cohetes y propulsión; simuladores y ejecución de un vuelo; astronomía y observación de fenómenos espaciales; simulación de una misión espacial; etc.

Ya tuvo una reunión virtual con Manuel Maciel, director de ese campamento aeroespacial y está muy ilusionado, pero cuando empieza a sumar y restar, vuelve a esa realidad que a menudo le parecía “triste”.

“Me ilusiona mucho participar porque tendría la posibilidad de conocer a gente más especializada, científicos, astronautas, más adelantados que los de aquí. Sé que será una buena experiencia, veré cosas que no existen en Bolivia, además habrá un montón de organizaciones presentes, sería un gran paso para avanzar y crecer”, suspiró.

El evento está encima y José Ernesto no tiene pasaporte ni dinero para tramitarlo. Su familia no cuenta con los recursos para apoyarlo. “A mi mamá no le alcanza para ayudarme, se hace cargo de mis hermanitos”, compartió.

A pesar de que la mayor parte del viaje será ‘costeado’ por los organizadores, tampoco cuenta con dinero para viajar hasta el punto desde donde saldría su vuelo con rumbo a México.

El miércoles 28 de junio hizo una publicación celebrando su millón de seguidores en TikTok, pero también pidiendo ayuda para cumplir el sueño de viajar.

“Estoy muy emocionado de haber sido invitado a este campamento. Esta noticia me ahorca de la emoción, pero tengo inconvenientes para mi pasaporte y visa. Necesito todo el apoyo posible para realizar este viaje. Es un orgullo para mí, quiero participar, tengo muchísimo que aprender y enseñar. El apoyo me servirá para representar a Bolivia y crear nuevos proyectos, pero ahora no cuento con los recursos”, confesó en su red. 

300 genialidades
Hasta la fecha, José Ernesto ha diseñado aproximadamente 300 piezas de robótica y mecatrónica, que van desde peces reales, insectos, pájaros, autos, camiones, brazos tamaño real, etc. 

Todas las hace con elementos que encuentra en la basura, otros los compra, o también le regalan.

“Los motores que consigo, en otro lugar me saldrían carísimos, rescato motores de juguetes viejos, radios, etc.”, contó.

PARA SABER
EN SOLEDAD
La familia de José Ernesto es de condición muy humilde, no tienen posibilidad de ayudarlo
económicamente, así que se mantiene con la venta de sus proyectos, o haciendo alguno
que otro trabajo de reparación.

COMO ARTESANÍA
En algún momento salía a ofrecer sus piezas de robótica, le costaba venderlas, y le pagaban como si se tratara de simples artesanías. Para cualquier ayuda, su número de celular es 751-56951. Su cuenta en tiktok es elchicorobótico.

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