Una de las dos mujeres que obtuvo su libertad irrestricta por la Justicia este domingo, luego de no hallarse indicios de su participación en la golpiza a la que fue sometida la asambleísta del MAS Muriel Cruz, reveló que debido a que fue acusada de agresión, no pudo despedirse de su madre ni darle cristiana sepultura, pues la Policía la aprehendió y la mantuvo privada de su libertad durante tres días y dos noches.

Patricia Jiménez Rivero junto a otras 14 personas fueron aprehendidas la mañana del viernes, 9 de junio, en las afueras de la Gobernación, luego que un grupo de mujeres sometiera a una brutal golpiza a la asambleísta del MAS; sin embargo, tras la denuncia de la agresión en contra de Cruz, la Policía, al mando del comandante departamental de Santa Cruz, Erick Holguín, cargaba con extrema violencia y uso de gases lacrimógenos a quienes se cruzaban a su paso como si fueran autores y partícipes del violento incidente.

Patricia pasó tres días y dos noches en celdas de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc), pese a que insistía en su inocencia y en no haber participado de los disturbios y agresión de ninguna persona. Al aclararse su situación, este domingo cerca de las 14:00 salió con libertad irrestricta y se reencontró en las afueras del Palacio de Justicia con su familia.

La mujer explicó que el viernes fue a la Gobernación en busca del certificado de defunción de su madre, pero se encontró con numerosos policías que aprehendían a quienes estaban cerca del edificio.

"Yo fui en busca del certificado de defunción de mi madre, ahí llegó el coronel y dijo: 'Lleven a todos' y me agarraron. Nos subieron como maleantes. Yo les dije que no me iba a resistir y nos metieron a la Gobernación, dijo que nos iban a soltar. Nos pidieron nuestros nombres y nos llevaron a la Felcc", cuenta Patricia Jiménez.

Señala que una vez en celdas de la Felcc, no resolvieron su situación e incluso vio que a varias personas las sometieron a una brutal golpiza y uno de los aprehendidos estuvo vomitando sangre durante su aprehensión.

"Se hizo justicia, ahora voy a visitar a mi madre al cementerio porque no pude despedirme de ella", manifestó con la voz quebrada tras salir del Palacio de Justicia.

La mujer se reencontró con sus sobrinos, a quienes les dijo que los extrañó mucho, pero aprovechó para denunciar públicamente las irregularidades de su aprehensión. "A las chicas las maltrataron, les metieron palo, gas lacrimógeno, incluso hay un chico que está vomitando sangre hasta ahora, no puede ni comer porque vomita. Lo han maltratado mucho", cuenta.

Por otra parte, la segunda persona que obtuvo este domingo su libertad irrestricta fue Vivian Ardúz, quien cuenta que tuvo que acercarse a la zona en conflicto para pedir a los asambleístas, diputados y policías que cese la violencia, luego de ver que a un joven lo sometían a patadas y le echaban gases lacrimógenos, incluso lo subían a la camioneta patrullera donde continuaba la golpiza.

"Yo estaba a una cuadra y media del lugar donde la agredieron a la asambleísta (Muriel Cruz), llegué una hora después de eso. No estaba en la vigilia ni en el momento de la agresión, pero como vi las imágenes de lo que estaba pasando, me acerqué para pedir a la Policía que no hiciera eso pero me aprehendieron", reclamó la mujer.

Denunció en todo momento el abuso policial y exhortó a que la Policía actúe rápido cuando hay casos de violación, de abusos contra las mujeres y no solo se trate de una persona vinculada al MAS. "No estoy de acuerdo con el abuso y la violencia, pero pasan estas cosas cuando le sucede a una asambleísta 'masista'. de esa misma forma deberían actuar(los policías) con el resto de la población", dijo.

Contó que "las mujeres (policías) nos pegaban a las mujeres, nos agarraron del cuello, nos daban puñetes, patadas, incluso algunas estaban con arañones. A uno de los jóvenes le causaron una fisura en la costilla y todo el tiempo vomitaba sangre. A todos nos han pateado y maltratado", denunció.

Cuando se encontraban en celdas policiales de la Felcc, exigieron la presencia de un médico para que valore al joven que sangraba por la boca. "Yo vi cuando a ese joven lo subieron a la camioneta y los policías, entre todos, le pegaban. Esa fue mi indignación, por el maltrato y el abuso policial. Esto es un abuso total del poder, del MAS, pero vuelvo a recalcar, no estoy de acuerdo con la violencia", insistió.

Estas dos mujeres, Patricia y Vivian recobraron este domingo su libertad irrestricta, en tanto otras 13 personas fueron conducidas nuevamente a celdas policiales para recién ser puestos ante un juez cautelar este lunes, 12 de junio, debido a que la audiencia programada se postergó debido a la recarga laboral del juzgado de turno.

FAMILIAR DE OTRO APREHENDIDO

Sara Araúz es tía de uno de los aprehendidos sindicados de la golpiza de la asambleísta Muriel Cruz. Sin embargo, asegura que su sobrino no tiene nada que ver con las agresiones ni los disturbios registrados el viernes pasado, ya que él se encontraba vendiendo cerca de la Gobernación.

"El viernes lo corretearon, así como a muchas personas, lo gasificaron hasta que perdió el sentido y cayó. Ahí lo alzaron y lo golpearon. En vez de arrestarlo y subirlo a la camioneta, le seguían pegando. Mi sobrino vende sandwiches, empanadas y chicha, ese día fue a vender", asegura la tía del joven aprehendido.

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