Quién fue Sheikh Mujibur Rahman, el fundador de Bangladesh y padre de la depuesta primera ministra, cuyas estatuas fueron derribadas
El político, quien fue asesinado en un cruento golpe de Estado, no solo sentó las bases de país asiático, sino que le dio su nombre.
La ola de protestas estudiantiles que esta semana puso fin a tres lustros ininterrumpidos de gobierno de Sheikh Hasina en Bangladesh ha dejado imágenes impensables hasta hace solo unos días.
El palacio de Ganabhaban, residencia y despacho oficial de los primeros ministros del país asiático, fue asaltado y saqueado por los manifestantes, al igual que las sedes del hasta ahora gobernante partido Liga Awami.
Sin embargo, la ira de quienes salieron a las calles no se dirigió únicamente contra de la exmandataria y todo lo que recordara su prolongado período en el poder, sino también contra su padre: Sheikh Mujibur Rahman, considerado el "padre de la nación".
Los medios de comunicación y las redes sociales han difundido imágenes de decenas de hombres, principalmente jóvenes, atacando y derribando en la capital, Daca, y en otras ciudades, estatuas, murales y cualquier monumento dedicado al carismático líder, quien en vida recibió el título de "Bangabandhu" (amigo de los bengalíes).
Hasta el derrocamiento de su hija, el nombre de Sheikh Mujibur Rahman era venerado en el país por su papel en la independencia de Pakistán en 1971 y por la forma brutal en que fue asesinado, junto a gran parte de su familia, durante el golpe de Estado del 15 de agosto de 1975.
Un activista precoz
Sheikh Mujibur Rahman nació en 1920 en el distrito de Tungipara, a unos 180 kilómetros al sur de Daca.
Era hijo de un "sherisdatar", un funcionario administrativo encargado de recibir las demandas en los tribunales durante el período colonial británico, quien también era un terrateniente de clase media.
Siguiendo los pasos de su padre, Sheikh Mujibur Rahman estudió derecho y ciencias políticas en las universidades de Calcuta y Daca, se menciona en su biografía publicada por la Enciclopedia Británica.
Desde joven, Mujibur Rahman mostró interés en la política. Durante sus años de estudiante, se unió a la Liga Musulmana, el partido que abogaba por la creación de un estado musulmán independiente en el subcontinente indio, lo que le valió ser encarcelado brevemente en los últimos años de la era colonial.
Su carisma y habilidades oratorias lo hicieron muy popular entre la población.
En 1949, solo dos años después de la secesión de India y su partición en dos países –India (mayoritariamente hindú) y Pakistán (mayoritariamente musulmán)–, Sheikh Mujibur Rahman y otros líderes y activistas fundaron la Liga Awami en lo que entonces era Pakistán Oriental, detalla la web del Ministerio de Asuntos Exteriores de Bangladesh.
De la autonomía al Estado propio
La forma en que se delinearon las fronteras entre India y Pakistán en 1947 marcó la vida del político. El nuevo Estado musulmán estaba dividido en dos entidades, una al oeste y otra al este, separadas por 1.700 kilómetros de territorio indio, lo que complicaba las comunicaciones, el comercio y la gestión general del país.
Además, las desigualdades económicas intensificaron el descontento en el este, ya que los ingresos del país se concentraban en el oeste.
Por si fuera poco, los habitantes del llamado Pakistán Occidental y Oriental solo compartían la religión, ya que pertenecían a grupos étnicos distintos: en el oeste hay punyabíes, pastunes, mohajires y baluchíes, mientras que en el este la mayoría son bengalíes, y sus lenguas son diferentes.
Los intentos del gobierno de Islamabad por homogenizar el diverso país, imponiendo el urdu como lengua oficial, agravaron la tensión y provocaron protestas, muchas de las cuales fueron lideradas por Sheikh Mujibur Rahman, quien fue detenido en varias ocasiones.
En 1966, en un intento de evitar la escalada de los conflictos, presentó un plan de seis puntos que proponía convertir Pakistán en un Estado federal con una amplia autonomía para la región oriental.
En la llamada "Carta de Supervivencia", sugirió que la zona del este tuviera su propia moneda, presupuesto, capacidad para recaudar y gestionar sus impuestos, e incluso un ejército.
El plan fue rechazado por las autoridades de Islamabad, por considerar que abría la puerta a la secesión, y sospechaban que los líderes orientales estaban bajo la influencia de su rival: India.
En 1970, la Liga Awami, liderada por Sheikh Mujibur Rahman, ganó las elecciones legislativas. Sin embargo, el gobierno militar de Pakistán le impidió asumir el poder, marcando un punto de no retorno en la situación, escribió el profesor Tariq Aqil en un artículo para el semanario paquistaní Friday Times.
"¡La lucha esta vez es por la independencia!", declaró en marzo de 1971.
Una guerra rápida, pero sangrienta
La respuesta de Pakistán no se hizo esperar y en marzo de 1971 lanzó la Operación Searchlight, una invasión militar de la región oriental destinada a frenar el movimiento secesionista.
Sheikh Mujibur Rahman contraatacó pidiendo a sus entonces 70 millones de compatriotas que no colaboraran de ninguna manera con el régimen de Islamabad.
"No habrá transacciones entre Pakistán Oriental y Occidental (...) Si es necesario, paralizaremos todo", anunció.
"Si se dispara una sola bala contra nosotros de ahora en adelante, si el asesinato de mi pueblo no cesa, les pido que conviertan cada hogar en una fortaleza. Usen todo lo que puedan para enfrentar a este enemigo", agregó.
Las fuerzas paquistaníes arrestaron al político y lo llevaron al oeste, donde fue condenado a muerte en un juicio sumario, aunque la sentencia no se ejecutó en gran medida gracias a la intervención de India.
El gobierno de Nueva Delhi armó a la guerrilla bengalí y envió parte de su ejército para poner fin al conflicto, después de que la fuerza aérea de Pakistán bombardeara 11 bases militares en su territorio.
El 16 de diciembre de ese año, Islamabad capituló, poniendo fin a un conflicto que resultó en la muerte de entre 500.000 y 3 millones de personas, y provocó que 10 millones más se refugiaran en India, según el periodista indio Salil Tripathi, autor del libro The Colonel Who Would Not Repent: The Bangladesh War and Its Unquiet Legacy, el cual aborda el conflicto que condujo a la creación de Bangladesh.
El político fue nombrado presidente, aunque aún seguía en prisión.
"Hemos ganado nuestra libertad en una lucha épica y el último logro de esta lucha es la creación de la independiente y soberana República Popular de Bangladesh", clamó tras la rendición de Pakistán.
Hasta el nombre
"La gente lo recuerda como el padre de la nación, porque todos los que luchábamos por los derechos de Bangladesh y de sus habitantes vimos en él a una persona que arriesgó su vida para llevar adelante el movimiento de liberación", declaró Kamal Hossain, redactor de la primera Constitución del país, en una entrevista para la BBC en 2021, coincidiendo con el cincuentenario de la independencia del país asiático.
Pero Sheikh Mujibur Rahman no solo lideró el proceso independentista del país asiático, sino que también le dio su nombre.
"Un día le pregunté a mi equipo cómo se llamaría nuestro país", le confesó el desaparecido político al también fallecido ensayista Annadashankar Ray, según lo que este último relata en un libro publicado en 1976.
"Algunos sugirieron Pak-Bangla, otros Bengala Oriental, pero yo dije: No, Bangladesh. Entonces canté: Joy Bangla", prosiguió en su relato el intelectual.
La palabra "Bangladesh" significa "país de los bengalíes".
Un gobernante polémico
Tras la formación de Bangladesh, Sheikh Mujibur Rahman ocupó los cargos de presidente, primero, y luego de primer ministro. Su gestión, sin embargo, estuvo marcada por luces y sombras.
Su afirmación de que el nuevo país se fundamentaría en cuatro pilares: nacionalismo, socialismo, democracia y un Estado laico disparó las alarmas tanto dentro como fuera del país.
La palabra "socialismo", en tiempos de la Guerra Fría, lo alejó de Estados Unidos y de otros países occidentales, a pesar de sus aclaraciones de que no era comunista.
"No soy marxista. Soy socialista, pero socialista a mi manera", le dijo en 1974 al entonces embajador estadounidense en el país, Davis Eugene Boster, según unos informes descalificados del Departamento de Estado de EE.UU. a los que tuvo acceso el diario bengalí Dhaka Times.
"Quiero ser amigo de todos los países, pero no quiero que ningún país piense que puede decirme lo que tengo que hacer. Quiero ser buen amigo de EE.UU. y de Rusia, pero no quiero ser agente, ni de Rusia ni de EE. UU.", agregó.
Asimismo, perdió apoyo dentro de Bangladesh por su incapacidad para gestionar la crisis provocada por las inundaciones que asolaron al país en 1974, las cuales causaron una hambruna que terminó con 1,5 millones de vidas, según organismos internacionales, y otros problemas como la corrupción y algunas tendencias autoritarias.
"Él quería establecer un sistema con un partido único, porque decía que era la única manera de conseguir que el país progresara y eso dañó su imagen", le aseguró a BBC Mundo el poeta y analista político bengalí residente en Reino Unido Jahangir Rana.
"Sheikh Mujibur Rahman estaba convirtiendo a Bangladesh en una dictadura", afirmó en 2004 el diplomático estadounidense Stephen Eisenbraun, quien estuvo en el país asiático en 1975.
En la madrugada del 15 de agosto de ese año, un grupo de militares se rebeló en contra de "Bangabandhu" y asaltó su residencia, ejecutándolo a él y a 18 miembros de su familia, incluidos su esposa, tres hijos y varios nietos.
Solo sobrevivieron dos de sus hijas, entre ellas la hoy depuesta Sheikh Hasina. Durante su prolongada estancia en el poder, la exmandataria llevó ante los tribunales a algunos de los perpetradores de este crimen, varios de los cuales fueron condenados a muerte, mientras que sobre otros pesan órdenes de extradición.
Durante la gestión de la heredera de Sheikh Mujibur Rahman, Bangladesh se convirtió en uno de los países de mayor crecimiento económico en el mundo, su renta per cápita se triplicó en la última década y el Banco Mundial estima que más de 25 millones de personas salieron de la pobreza en los últimos 20 años.
No obstante, su persecución a la disidencia y otros métodos autoritarios no solo le costaron el poder a Sheikh Hasina, sino que también dañaron la percepción que los ciudadanos tenían de su “amigo” y padre fundador.
“En la cultura asiática cuando un hijo o un padre comete un pecado o un error toda la familia debe pagar por él, por eso es que la gente está atacando los monumentos de Sheikh Mujibur Rahman, por los errores y faltas de su hija”, explicó Rana.
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