Armada de Chile habilita Sica Sica, pero todavía no se puede descargar diésel por el oleaje
La habilitación del terminal de YPFB, se produce después de que la empresa estatal cumpliera con una serie de requisitos de seguridad y operatividad establecidos por las autoridades marítimas chilenas.
Tras semanas de incertidumbre y protestas por la escasez de combustible en Bolivia, el Terminal Marítimo Sica Sica, ubicado en Arica, Chile, ha sido oficialmente habilitado para operar. Esta decisión, respaldada por una resolución de la Capitanía de Puerto de Arica, representa un avance significativo en la búsqueda de una solución a la crisis energética que enfrenta Bolivia. Sin embargo, las olas superan el metro lo que todavía no permite que los barcos rusos con el combustible se puedan conectar para la descarga.
La habilitación del terminal, propiedad de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), se produce después de que la empresa estatal cumpliera con una serie de requisitos de seguridad y operatividad establecidos por las autoridades marítimas chilenas. Entre las medidas implementadas se encuentran inspecciones exhaustivas a las instalaciones, pruebas de resistencia de las boyas y la presentación de un plan detallado para subsanar las observaciones realizadas.
Sin embargo, a pesar de esta buena noticia, persisten desafíos que podrían retrasar la normalización del suministro de combustible en Bolivia. Las condiciones climáticas adversas en la zona, como las fuertes marejadas, continúan siendo un factor limitante para las operaciones de descarga. Además, las reparaciones en las instalaciones del terminal, aunque avanzan a buen ritmo, aún no han concluido por completo.
Como se recordará, el 31 de julio uno de los cuatro navíos cargados con combustibles para el mercado de Bolivia, que se encuentran hace días a la gira en Arica, logró amarrar a las boyas del Terminal Sica Sica y, con esto, se permitió a un buzo conectar al buque con el Oleoducto Sica Sica-Arica (OSSA II). La operación fue para la descarga de 33 mil toneladas métricas de diésel procedente de Rusia. Sin embargo, luego se suspendió la operación para reparar la terminal.
La escasez de combustible en Bolivia ha provocado una serie de protestas y bloqueos de carreteras en las últimas semanas, lo que ha afectado la economía y la vida cotidiana de los ciudadanos. El Gobierno ha señalado que la situación se debe a una combinación de factores, entre ellos la disminución de la producción nacional de hidrocarburos y el aumento de la demanda.
La descarga de combustible en el Terminal Marítimo Sica Sica se encuentra nuevamente paralizada debido a las condiciones adversas del mar. Según la Armada de Chile, las previsiones meteorológicas indican que hasta el 10 o 11 de agosto se registrarán olas superiores al metro de altura en la zona, lo que impide las maniobras de atraque de los buques.
"Cada terminal tiene sus propias características y el Sica Sica enfrenta una ola de frente", explicó la periodista chilena Ximena Astudillo que ha trabajado varios años en la Terminal Puerto Arica. "Cuando las olas superan el metro, se hace imposible amarrar los buques de manera segura, ya que las maniobras se vuelven extremadamente peligrosas tanto para la tripulación como para las instalaciones".
Para garantizar la seguridad de las operaciones marítimas, la Armada de Chile cuenta con un equipo de 'prácticos', funcionarios especializados que se encargan de guiar a los buques hasta sus puntos de atraque. Estos profesionales realizan mediciones diarias de las condiciones del mar y emiten informes sobre la navegabilidad de los canales y puertos.
"Los prácticos utilizan tecnología avanzada y su experiencia para evaluar las condiciones del mar y determinar si es seguro realizar las maniobras de atraque", señaló Astudillo. "En este caso, las previsiones indican que las olas superarán el límite permitido hasta mediados de agosto".
El sábado en entrevista con EL DEBER Radio, el presidente de YPFB, Armin Dorgathen, dijo que además de Chile (Arica) están importando combustibles que ingresan por Argentina, Brasil y Paraguay para responder a la demanda interna.