Los aumentos de tasas apuntan a encarecer el crédito para consumo e inversión, y así enfriar la economía y reducir presión sobre los precios, en un contexto de inflación persistente en Estados Unidos.

15 de diciembre de 2022, 17:17 PM
15 de diciembre de 2022, 17:17 PM


La Reserva Federal (Fed, banco central) aumentó su tasa de referencia en medio punto porcentual como esperaba el mercado, pero reafirmó que continuará subiendo los tipos de interés y los llevará por encima del 5%.

Al término de una reunión de dos días de su Comité Monetario, el banco central estadounidense, que llevó sus tasas al 4,25-4,50% por decisión unánime, aumentó su pronóstico de inflación para 2023 al 3,1% contra 2,8% de su proyección anterior.

También redujo su previsión de crecimiento del PIB para la mayor potencia mundial el año próximo, al 0,5% frente al 1,2%, según el comunicado emitido al término de la cita.

Los aumentos de tasas apuntan a encarecer el crédito para consumo e inversión, y así enfriar la economía y reducir presión sobre los precios, en un contexto de inflación persistente en Estados Unidos.

Se trata de las tasas de referencia más altas desde 2007.
Nuevos incrementos "serán apropiados", precisó el organismo en su comunicado.

Mientras en septiembre la institución preveía un nivel del 4,6% para la tasa de referencia al final del ciclo alcista, ahora maneja niveles superiores a 5%.

Menos optimista sobre inflación 

Esta moderación en los incrementos de tipos de interés marca el inicio de una nueva etapa en la lucha contra el flagelo de la inflación, una prioridad de la Fed que apunta a llevarla a un nivel de 2% anual, considerado sano para la economía.

El organismo venía subiendo en 0,75 puntos porcentuales sus tasas en las últimas cuatro reuniones de política monetaria, un incremento de una magnitud sin antecedentes desde 1994.
A pesar de esta moderación, el banco central se muestra menos optimista que en septiembre sobre la trayectoria de la inflación.

Incluso, para 2022 espera un cierre en 5,6% frente a 5,4% hace tres meses.

"Se necesitará mucho más evidencia para tener la confianza de que la inflación está en una senda sostenible a la baja", explicó a reporteros el presidente de la Fed, Jerome Powell, poco después de terminada la reunión.

La Fed no menciona en su comunicado la posibilidad de una recesión el año próximo. 

El mercado teme ese escenario, en un contexto de fuerte subida de tasas que podría frenar demasiado la actividad económica. Pero Powell reiteró este miércoles que el país no necesariamente entrará en recesión.

El banco central espera una tasa de desempleo del 4,6% en 2023 y 2024 frente al 3,7% actualmente. 

La inflación a 12 meses marcó 7,1% en noviembre, muy por debajo del 7,7% de octubre, según el índice de precios al consumo (CPI por sus siglas en inglés) publicado el martes pasado antes del inicio de la reunión de la Fed.

Los efectos de la política de tasas tardan meses en verse. El consumo sigue sostenido y el mercado laboral goza de muy buena salud en Estados Unidos.

Reacción del mercado 

La caída de las bolsas mundiales, la firmeza de los bancos centrales y la reapertura de un oleoducto en América del Norte frenaron la subida del petróleo, que terminó a la baja el jueves.
El precio del barril de Brent del mar del Norte para entrega en febrero cayó un 1,80% para cerrar en 81,21 dólares en Londres.

En tanto, el barril de West Texas Intermediate (WTI) para enero perdió un 1,51% a 76,11 dólares en Nueva York.

Para Craig Erlam, de Oanda, la jornada comenzó orientada a la baja por tomas de ganancias luego de tres días consecutivos de subida.

Desde el viernes, los dos barriles principales de referencia del mercado ganaron más del 10% desde mínimos en el año.

"La presión a la baja" este jueves también se debe "a la caída de la bolsa" de Nueva York, "que alimenta los temores sobre la demanda" y sobre una degradación de la coyuntura económica, consideró Andy Lipow, de Lipow Oil Associates.

Los anuncios de nuevas alzas de tasas de interés por parte de los principales bancos centrales también preocupan al mercado, porque podrían significar un golpe para la economía que reduciría la demanda energética y, por ende, de crudo.

A este clima desfavorable para los precios, se añadió el anuncio de la reapertura parcial del oleoducto Keystone, que transporta unos 600.000 barriles por día de crudo de Canadá hacia Estados Unidos, cerrado tras una fuga.