La falta de acceso y el limitado conocimiento de la tecnología en las economías emergentes han creado un muro casi invisible que restringe el desarrollo económico de millones de personas, mientras que en las economías desarrolladas el avance tecnológico impulsa la productividad y genera empleos, en muchas comunidades de países en desarrollo, la brecha digital sigue marcando una diferencia profunda.

“Dados los factores de capital y trabajo, el crecimiento económico está fuertemente influenciado por el conocimiento y la tecnología; estos factores serán determinantes para lograr el estado estacionario en un país y, a la vez, son los factores que diferencian a las grandes economías del resto”, explica Orlando López, docente de la carrera Ingeniería Económica, de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.

La brecha digital se define como la diferencia entre los que tienen acceso y habilidades para usar las tecnologías de la información y aquellos que no. En las economías emergentes, esta brecha es evidente no sólo entre individuos, sino también entre áreas urbanas y rurales, entre generaciones y entre distintos niveles de ingreso. Esto tiene múltiples efectos negativos que limitan el desarrollo económico en varias dimensiones.

El Banco Mundial, en su informe World Development Report 2021: Data for Better Lives, asegura  que “la conectividad digital es un pilar clave para el desarrollo económico moderno y reducir la brecha digital es fundamental para asegurar que todos puedan beneficiarse de las oportunidades que ofrece la economía digital", indica el organismo internacional.

La reciente pandemia dejó en evidencia la importancia de contar con acceso a herramientas digitales para seguir aprendiendo. Sin embargo, en regiones donde la infraestructura de internet es deficiente y los hogares carecen de dispositivos adecuados, la educación se convierte en un lujo. La falta de alfabetización digital impide que los jóvenes desarrollen las competencias necesarias para competir en el mercado laboral global.

“Todos los sectores, en mayor o menor grado, son afectados por el acceso limitado a la tecnología, los niveles de producción en una economía están determinados por capital, trabajo y el nivel de conocimiento y tecnología que alcancen; ello podría traducirse en una baja productividad de los trabajadores y de las empresas”, añade López.

El acceso a internet y el conocimiento digital son fundamentales para que los emprendedores puedan dar a conocer sus productos, gestionar sus negocios y atraer clientes. Sin embargo, en economías emergentes, la falta de conectividad y habilidades digitales en áreas rurales significa que muchos emprendedores se quedan sin aprovechar herramientas básicas para crecer.

“Las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) ya no son un lujo, sino una necesidad. La falta de acceso a Internet limita gravemente la capacidad de las personas para acceder a servicios esenciales y participar plenamente en la economía" según la UIT en su reporte "Measuring Digital Development: Facts and Figures 2022".

También han transformado cómo accedemos a servicios de salud, financieros y educativos, pero en las economías emergentes, muchas personas aún están fuera de esta revolución. Sin un dispositivo y una conexión a internet, servicios como la telemedicina, las bancas digitales y los recursos educativos en línea quedan fuera del alcance de millones de personas, profundizando las desigualdades y afectando su bienestar.

Estrategias para cerrar la brecha digital

Aunque cerrar la brecha digital en las economías emergentes es un gran desafío, existen estrategias que pueden ayudar a reducirla y mejorar las oportunidades para millones de personas. Estas estrategias abarcan desde inversiones en infraestructura hasta la creación de programas educativos y de capacitación en competencias digitales.

1.            Desarrollar infraestructura de conectividad: los gobiernos y empresas de telecomunicaciones deben asociarse para expandir redes de internet en áreas rurales y remotas, asegurando que el acceso no se limite a las ciudades. Inversiones en tecnologías de bajo costo, como redes móviles 4G y 5G y soluciones de conectividad satelital, pueden hacer que el internet sea más accesible en zonas de difícil acceso.

2.            Acceso a dispositivos a precios asequibles: las políticas de subsidios y financiamiento para la compra de dispositivos son claves para que las familias de bajos ingresos puedan adquirir herramientas tecnológicas. Iniciativas de reciclaje y donación de dispositivos también pueden facilitar el acceso a dispositivos básicos en comunidades vulnerables.

3.            Alfabetización digital en los sistemas escolares: incluir competencias digitales en el currículo desde primaria ayudaría a crear una fuerza laboral que domine estas herramientas desde temprana edad. Además, se podrían implementar programas de capacitación tecnológica para adultos, tanto en áreas rurales como urbanas, promoviendo la integración de todos en la economía digital.

4.            Apoyo a emprendimientos digitales: los gobiernos pueden incentivar el emprendimiento digital a través de subsidios, créditos y capacitaciones específicas para empresarios emergentes. Estas medidas no solo ayudarían a que los emprendedores amplíen sus mercados, sino que también contribuirían a dinamizar la economía local al crear nuevas oportunidades de empleo.

5.            Fomentar alianzas público-privadas: asociaciones entre el sector público, privado y organizaciones internacionales pueden potenciar los esfuerzos para reducir la brecha digital. Estas alianzas pueden incluir el financiamiento conjunto para infraestructura, programas de educación y la creación de plataformas de capacitación accesibles.

“La creación de infraestructura tecnológica en áreas rurales no solo podría generar empleo directos e indirectos, sino fomentar sectores como el comercio, turismo y servicios; los resultados con valor agregado serian áreas rurales conectadas y con fuerte inversión en educación”, concluye López.

Cerrar la brecha digital en las economías emergentes no es solo una cuestión de justicia social; es una inversión que puede transformar la vida de millones de personas. Al reducir las barreras de acceso y capacitar a las personas en el uso de tecnología, se crearían oportunidades económicas y sociales que beneficiarían a todos, desde la expansión de nuevos mercados y la reducción de la pobreza hasta una mayor cohesión social.

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