El emprendimiento no sólo representa una oportunidad económica, sino una plataforma de transformación personal y social, en la que la resiliencia, la creatividad y el trabajo en equipo son fundamentales. Implica hablar de generación de empleo, dedicación, pasión y preparación continua.
Para Allison Silva, directora de la Fundación Emprender Futuro y gerente de Eressea Solutions, quienes descubren en sí mismos el "gen emprendedor" suelen desarrollar habilidades clave, como la capacidad de crear soluciones y la adaptación ante las adversidades.
“Todos quieren ser emprendedores, pero, la verdad, esta opción implica un trabajo de transformación de uno mismo, necesita que dediques tiempo, pasión y preparación. Una vez que dices ‘tengo el gen emprendedor’ y quiero crear una solución, ofrecer un producto o crear una empresa, también tienes que saber que necesitas cumplir algunos requisitos esenciales”, señala la líder en emprendimientos y disertante en la Feria de Empleabilidad de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.
En el mundo del emprendimiento, no todo es positivo; por el contrario, los fracasos y momentos difíciles son comunes. Por eso, la resiliencia y la capacidad de adaptarse a los cambios del mercado son esenciales para mantener a flote el emprendimiento.
Silva destaca la capacidad de crear soluciones, la adaptación rápida y no deprimirse como los principales requisitos porque en el mundo del emprendimiento no todo es positivo ya que hay momentos muy complicados y difíciles.
“Sin embargo, lo más importante es que, a nivel personal, tiene que estar 100 por ciento segura y comprometida de que va a funcionar; es decir, va a buscar, no una sino mil formas para hacer que el emprendimiento funcione”, acota.
Al final, lo importante es que la persona esté consciente de que tiene capacidad de resiliencia y adaptabilidad a los nuevos requerimientos del mercado donde pretende instalar su emprendimiento.
Oportunidad o necesidad
Las iniciativas emprendedoras nacen bajo dos grandes conceptos: los emprendimientos por oportunidad y los emprendimientos por necesidad.
Idealmente, según Silva, los jóvenes deberían enfocarse en desarrollar emprendimientos por oportunidad, identificando una demanda en el mercado o un problema que pueda resolverse a través de un producto o servicio. De esta manera, estos proyectos pueden estructurarse con el tiempo y transformarse hasta alcanzar el éxito deseado.
Uno de los mayores errores que cometen los emprendedores, según la experta, es desarrollar un producto sin evaluar si existe un mercado dispuesto a adquirirlo.
“Lo mejor es invertir primero en investigación de una demanda real, y si es así, el capital vendrá como consecuencia. En términos de financiamiento, el primer paso suele ser utilizar los propios ahorros, seguido del apoyo de amigos y familiares, quienes suelen confiar en la idea. Si el proyecto está bien estructurado, el siguiente nivel de financiamiento puede provenir de instituciones financieras o programas de capital semilla no reembolsable”, puntualiza.
Sin embargo, el capital no es el único factor que determina el éxito de un emprendimiento. La idea debe solucionar un problema real, y el emprendedor debe rodearse de un equipo de trabajo con habilidades diversas. Este aspecto es vital, ya que el emprendimiento es un esfuerzo colaborativo.
Una ciudad de emprendedores
Silva destaca que ciudades como El Alto, son fuente de creatividad de soluciones innovadoras. Desde la fabricación de maquinaria hasta el sector textil, esta ciudad ha demostrado ser un semillero de emprendimientos.
Además, el campo tecnológico tiene un enorme potencial, ya que permite a los jóvenes desarrollar soluciones que no solo benefician al mercado local, sino que también pueden expandirse a nivel regional.
“Hay un rubro importantísimo donde El Alto puede tener mucho talento. Me refiero al rubro de la tecnología porque ahí es donde se despierta la capacidad del joven de crear y es una capacidad que tiene de tomar las herramientas tecnológicas, crear soluciones y distribuirlas en todo el país y, por qué no, en toda la región”, afirma.
Gestión de emociones
El fracaso, lejos de ser un castigo, es una valiosa fuente de aprendizaje para los emprendedores. En Bolivia, el error suele verse con malos ojos, pero lo importante es fallar lo más rápido posible y capitalizar ese aprendizaje.
Los emprendedores exitosos suelen haber fracasado varias veces antes de consolidar un negocio, lo que demuestra su resiliencia y capacidad de superación.
“¿Cómo gestiono el fracaso en un emprendedor? El fracaso es lo mejor que le puede pasar al emprendedor (…). El conocimiento no lo vas a tener en ningún libro, porque lo vives, lo capitalizas y lo evalúas; dices he fracasado tres veces y me he levantado cuatro veces, entonces tienes madera de emprendedor y tienes sobre todo la madera de ser resiliente, de pararte y no rendirte que es la gran capacidad que tienen los emprendedores”, reflexiona.
Rol crucial de la mujer
El papel de la mujer en el emprendimiento es crucial. Las mujeres no sólo emprenden por necesidad, sino también por oportunidad, y su impacto es multiplicador.
Cuando una mujer emprende, tiende a pensar en el bienestar de su comunidad, logrando que cualquier inversión en ella genere un retorno significativo para su entorno. Además, a medida que las mujeres empresarias crecen, desarrollan habilidades de liderazgo y la capacidad de delegar, permitiendo que sus proyectos continúen expandiéndose.
“Cuando inviertes en una mujer generas prosperidad, impacto y mayor calidad de vida para las personas y para las futuras generaciones”, concluye Silva.
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