En octubre de 2019, Bolivia enfrentó uno de los momentos más tensos de su historia reciente, con movilizaciones y violencia en las calles. En medio de este caos, los memes se convirtieron en una forma de protesta, crítica y alivio emocional para miles de ciudadanos. Desde redes sociales, como Facebook y X, hasta cadenas de WhatsApp, los bolivianos encontraron en el humor una forma de desahogo, crítica y resistencia.
Lo mismo sucede con el conflicto político actual que mantiene en vilo a la población que no duda en recurrir a las redes sociales en busca de escapes emocionales temporales o expresar su descontento de forma creativa.
Sebastián Rojas, nativo digital, asegura que utiliza los memes para bajar la tensión y la incertidumbre en situaciones críticas que vive el país: “El sentirse tenso, sin saber qué va a pasar, en medio de violencia nos lleva a los memes. Los elaboramos para relajarnos y reír un rato en medio del caos, junto con mis amigos y contactos de redes sociales”.
Para Jorge López, joven que participa activamente en la creación y difusión de meses, es una nueva forma de protesta sin estar en la calle.
“Usamos los memes con sarcasmo. No es fácil, debes despertar toda tu creatividad y tener el real contexto de los hechos. Solo así puedes lograr impactar en quienes piensan como tú. La política nos da mucho material para ello”, señala.
El meme es un término muy utilizado en internet. Hace referencia a ideas o comportamientos que son replicados de forma masiva a través de las redes sociales, con una connotación humorística. El término fue creado por Richard Dawkings en su libro “El gen egoísta” y es un derivado del griego “mimema” que significa ‘imitado’.
Los memes ganaron valor como manifestación cultural porque ocupan un rol importante en la sociedad digital; comunican matrices de opinión que le permiten posicionarse en el imaginario colectivo.
El legado de los memes en los conflictos
En este sentido, Javier Zárate, docente de la carrera de Periodismo en la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, ofrece una perspectiva más profunda sobre el papel de los memes en los conflictos sociales.
"Históricamente, el humor ha sido una forma efectiva de resistir ante regímenes opresivos y crisis políticas. Lo vimos en épocas de dictaduras y lo estamos viendo ahora en el contexto digital. Los memes, aunque parecen superficiales, son formas rápidas y accesibles de contar historias que conectan con las emociones de la gente. En octubre de 2019, estos memes fueron mucho más que bromas, fueron una forma de lucha simbólica. Reflejaban la rabia, el miedo, pero también la capacidad de los bolivianos para resistir a través de la risa", manifiesta.
El humor, incluso en los momentos más difíciles, sigue siendo una de las formas más potentes de resistencia.
El poder de la viralidad
Los memes, con su capacidad para difundirse rápidamente en redes sociales, llegaron a ser una herramienta poderosa para amplificar las opiniones populares.
Sin embargo, Luisa Uriona, administradora de redes sociales y docente en Unifranz, advierte sobre el peligro de la desinformación que puede generar esta nueva forma de dar una opinión.
"El alcance de los memes es inmenso, y más aún cuando tocan temas que generan fuertes emociones, como lo fue la situación política en Bolivia en 2019. En cuestión de minutos, una imagen puede llegar a miles de personas y cambiar la percepción de los hechos. Sin embargo, también vimos cómo muchos de estos memes no siempre tenían un sustento real y servían para polarizar aún más a la sociedad”.
En un contexto los memes ofrecieron una alternativa para la expresión ciudadana, explica Uriona, ya que "la velocidad con la que los memes se comparten es impresionante. En pocas horas, una imagen es viral en todo el país".
Esta viralidad también tiene un lado oscuro. Algunos memes, creados con fines de desinformación o para incitar al odio, sólo exacerban la ya existente división social.
"Hay gente que no se toma en serio el impacto que pueden tener (…). Algunos memes son tan fuertes o fuera de contexto que, en lugar de ayudar, provocan aún más”, puntualiza la docente.
Creatividad popular en acción
Lo interesante de este fenómeno es que no son los grandes medios ni los expertos quienes generan el contenido más viral. Son ciudadanos comunes, con acceso a un celular y a internet, quienes se convierten en creadores de narrativas. Cualquiera puede hacer un meme. No se necesita ser diseñador ni tener un gran conocimiento.
Los memes, más allá de ser simples bromas, se transformaron en un lenguaje colectivo. Las imágenes y los textos compartidos permiten una conexión inmediata con la realidad política que vive el país, demostrando cómo, en momentos de crisis, el humor puede ser una herramienta tan potente como la movilización en las calles.
Los memes no solo sirven para aliviar tensiones, sino que se convierten en armas simbólicas de resistencia. Son una forma de crítica, una herramienta de participación política y una expresión popular en medio del caos.
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