Muchas tendencias que han impulsado las redes sociales han invadido al mundo en los últimos años: desde flores amarillas, regalar carritos hot wheels, completar trends de baile en público y muchos más. Desde finales de noviembre, surgió una moda que, literalmente, se ha ganado un lugar en la cabeza de la gente: los patitos de hule.

Se trata de un pequeño pato amarillo de hule que, en la parte inferior, tiene un resorte pegado a un broche o hebilla, que permite que las personas lo abrochen a su cabello.

En las calles bolivianas, este nuevo accesorio ha capturado la atención de curiosos y transeúntes, convirtiéndose en un fenómeno que se despliega sin restricciones, desde las calles hasta las aulas, los lugares de trabajo y las ferias.

Desde la primera mirada, este accesorio no deja indiferente a nadie, ya que recibe miradas de curiosidad y alegría o también rechazo. Sin embargo, no muchas personas conocen el significado detrás de esta llamativa tendencia.

¿Qué significa el patito amarillo de hule?

Según informes de El Comercio, estos patitos amarillos simbolizan la alegría y la atracción de la buena suerte. Además, se rumorea que podrían tener algún vínculo con alguna producción cinematográfica de Netflix. Pero la interpretación no termina ahí. 

Los internautas de TikTok, siempre dispuestos a añadir su dosis de creatividad al panorama, sostienen que llevar estos patitos no es solo un acto estético, sino un gesto destinado a "brindar" felicidad y arrancar sonrisas a quienes vean a las personas usarlos. En definitiva, una tendencia que, a pesar de su inocencia aparente, no pasa desapercibida.

Así que, si te has topado con alguien paseando con un patito de hule en la cabeza y se te ha escapado una sonrisa, considera que la tendencia ha logrado su cometido.

En Bolivia, la comercialización de este singular juguete/accesorio se ha hecho común, siendo un producto ampliamente solicitado por niños, jóvenes y adultos que no dudan en unirse a la iniciativa. Los precios oscilan entre Bs 1 y Bs 3, dependiendo del lugar de adquisición. Además, por las fiestas, se pueden encontrar patitos tematizados. Esta es sin duda, una invasión amarilla que parece haberse apoderado de la diversión en las calles bolivianas.