Hasta febrero de esta gestión la población penitenciaria del país llegó a 25.291 privados de libertad. De esa cifra, el 15% de los reos está recluido por haber cometido el delito de violación a menores de edad, un 13% está sentenciada por infringir la Ley 1008 (tráfico de drogas) y otro 13% por robo y robo agravado. Además, el 9% de los presos está tras las rejas por cometer el delito de violación y el 8% por abuso sexual. Expertos ven que las sentencias por tráfico de sustancias controladas están en aumento en el país.

EL DEBER accedió a datos sobre la población penitenciaria del país. Fueron elaborados por el Observatorio Boliviano de Seguridad Ciudadana y Lucha contra las Drogas. La fuente de estos datos es la Dirección General de Régimen Penitenciario. Las estadísticas muestran que la población carcelaria está en aumento. En enero de 2019 había 18.558 privados de libertad y hasta febrero de este año la cifra creció a 25.291.

Los números incluyen a los privados de libertad que tienen detención preventiva, que hasta diciembre de 2022 llegaban al 65% de reos que no tenía sentencia condenatoria. Este punto cobra relevancia por el hacinamiento que hay en las cárceles del país.

El delito de violación era el más predominante hasta 2018. Un año después, hasta marzo de 2022, la violación fue superada por el delito de robo y robo agravado que tenía una participación del 15,28% sobre el total de delitos registrados. Ahora, la violación a niños, niñas y adolescentes es el delito más recurrente con un 15%.

En febrero de 2022 los delitos cometido por la Ley 1008 llegaban a un 11,28% de la población carcelaria. Esa cifra ascendió al 13% hasta febrero de este año, lo que implica que el tráfico de sustancias contraladas está en aumento.

Ramiro Llanos, exdirector de Régimen Penitenciario, expresó su preocupación por el aumento de reos que ingresan a los penales por haber cometido el delito de violación a niños, niñas y adolescentes, pero también consideró que los encarcelados por la Ley 1008 están en aumento debido a que el narcotráfico está en auge.

“Cuando hablamos del tema de cárceles, tenemos que pensar en la protección de la sociedad, y una forma de hacerlo es controlar a los privados de libertad. La cárcel es para aislar al que ha cometido delitos, pero eso no ocurre en el país. No se sabe a qué hora se abre o a qué hora se cierra la cárcel, no hay reglamentos; entonces, la delincuencia tiene un caldo de cultivo que va creciendo y ampliándose. Es ahí donde surgen esas redes delictivas con conexiones dentro y fuera de las cárceles, tanto con quienes administran como con los que hacen seguridad penitenciaria”, expresó Llanos.

Violación a menor de edad

El 15% de los reos ingresó por violar a un menor de edad. En la clasificación de delitos al interior de la población carcelaria es el delito más cometido ahora. La Defensoría del Pueblo manifestó su preocupación por el incremento de casos de violaciones y abusos sexuales a niños, niñas y adolescentes en el país y pidió al Estado medidas integrales para la atención de estos delitos.

Especialistas en la defensa de los derechos de la niñez identifican tres causas clave para esta problemática: el machismo, el adultocentrismo y las redes sociales. Además, los expertos coinciden en que se deben endurecer las penas contra violadores de menores de edad y se debe hacer seguimiento a las sentencias por este delito para que los criminales no salgan de las cárceles después de haber cumplido una parte de su sentencia condenatoria.

“El machismo porque el varón se siente dueño y señor de la casa, de los hijos y de la esposa. El adultocentrismo es lo mismo en relación a los niños, y es que el padre y la madre no le dan la posibilidad de ejercer sus derechos plenamente a los niños, vale decir que al niño le siguen llamando menor en relación al mayor, o sea, el menos en relación al más que es el papá”, afirmó Harry Suaznabar, quien fue director de la Defensoría de la Niñez y Adolescencia del municipio de La Paz.

Mientras que Amida Duk, quien fue directora de la Defensoría de la Niñez y Adolescencia del municipio de El Alto, complementó que las redes sociales es otra causa que suma a la consumación de las vejaciones sexuales a niños, niñas y adolescentes.

“No hay leyes que controlen las redes sociales que nuestros propios hijos y los mismos adultos ven, no estamos controlando, no hay leyes que regulen qué tipo de contenido ven las personas en el internet. Definitivamente, para mí, esta es una de las causas también”, recalcó Duk.

Y las cifras son alarmantes, pero las historias son desgarradoras. El registro del Ministerio Público señala que en el primer trimestre de este 2023 hubo 380 casos de violaciones a niñas, niños y adolescentes en toda Bolivia. Esa cifra refleja un promedio de tres agresiones sexuales a menores de edad cada día, siendo una de las cifras más altas de los últimos años a escala nacional.

“Como Ministerio Público tenemos pasos específicos en la aplicación y transformación, tanto en el sistema informático Justicia Libre, ya que somos la única institución que cuenta con un sistema que ha permitido que todas las instituciones puedan articularse y brindar información con un fin común que es lograr el acceso a la justicia a las víctimas”, informó Daniela Cáceres, directora de la Fiscalía Especializada en Delitos en Razón de Género y Juvenil.

El Comité de los Derechos del Niño, que es parte de Naciones Unidas, expresó gran preocupación por la elevada y creciente incidencia de violencia contra las niñas en Bolivia, que a menudo se manifiesta en forma de infanticidios y violencia sexual. Esta instancia instó a las autoridades bolivianas a tomar medidas urgentes para garantizar los derechos de ese colectivo.

Por la Ley 913

El segundo delito más cometido por los privados de libertad es el tráfico de sustancias controladas. Esta transgresión reúne al 13% de los 25.291 reclusos del país. En este caso existe la información de que la mayoría de los reos encarcelados por la Ley 913, ex ley 1008 es por llevar droga en diferentes técnicas, como “mulas”, que llevan cocaína en sus estómagos al exterior; microtráfico de drogas; y complicidad en algún proceso.

Llanos recalcó que en la actualidad no existe un pez gordo del narcotráfico en prisión. “Son por lo general (los detenidos) los que hicieron microtráfico de drogas, como marihuana, en las ciudades o aquellos que llevan droga en maletas de doble fondo o en el estómago a países como Chile o Argentina. No caen los pesados, los peces gordos, como se los conoce a los capos (del narcotráfico). Entonces, yo dije que desde que se creó la Ley 1008 las cárceles empezaron a llenarse”, dijo Llanos.

En estas detenciones también están pilotos que transportan drogas o como en el caso del “narcovuelo” a España, en el que los detenidos son funcionarios cómplices de evitar controles de la media tonelada de cocaína en el aeropuerto de Viru Viru.

Con la misma cifra está en tercera ubicación el delito de robo y robo agravado. El 13% de la población carcelaria llegó a prisión por cometer esta falta. Luego están los siguientes delitos cometidos por los privados de libertad: violación (9%), abuso sexual (8%), violencia familiar (7%), asesinato (6%), violación agravada (5%), asistencia familiar (3%), feminicidio (2%), homicidio (2%), estupro (2%), tentativa de feminicidio (1%), tentativa de homicidio (1%), corrupción niño, niña y adolescente (1%), estafa y estafa agravada (1%), tentativa de violación (1%), trata y tráfico de personas (1%), abuso deshonesto (1%), infanticidio (1%) y otros delitos con menor frecuencia (7%).

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