Este lunes se cumplen 40 años desde que Bolivia recuperó la democracia. Para la analista y comunicadora, Lupe Cajías, y el exministro Guido 'Chelelo' Áñez Moscoso, en los últimos 16 años el ejercicio de la democracia se ha visto amenazada por la falta de respeto a la Constitución Política del Estado, a las libertades fundamentales y por la persecución política. 

Este 10 de octubre se cumplirán cuatro décadas del juramento de Hernán Siles Zuazo y Jaime Paz Zamora como primeros mandatarios de Bolivia. El binomio asumió simbólicamente el poder después de 18 años de regímenes militares y después de dos años de su victoria electoral, recuerda Cajías en su artículo 40 (menos 16) años de democracia. 

Según Cajías, la inauguración de la etapa democrática fue “a la boliviana", tras sucesivas elecciones anuladas por fraudulentas, dos golpes militares, otra elección empantanada, otro golpe militar y nuevas elecciones con diferentes incidentes violentos y terrorismo internacional. 

Desde el programa ¡Qué Semana!, de El DEBER Radio, la comunicadora indicó que eligió la frase '40 años de democracia, menos 16', "porque lastimosamente desde 2016 empezó a desportillarse la democracia, con la captura del Tribunal Electoral, cambios esenciales en las reglas del fuego, con la captura del poder judicial y con la existencia de exiliados, de presos y de perseguidos políticos y una libertad de prensa hostigada".

En su artículo, Cajías asegura que en estos últimos 15 años, el ejercicio de la democracia se ha limitado al voto disciplinado de los ciudadanos. La falta de respeto a la Constitución, a las libertades democráticas y a las reglas del juego ha erosionado lo conquistado el 10 de octubre de 1982.



Por su parte, Áñez divide en dos etapas estos 40 años. Considera que en la primera primó la libertad plena y se sentaron las bases para una ‘educación libertaria’ en el país, sin presos políticos ni exiliados, y hubo un proceso de renovación de los poderes del Estado, vía elecciones limpias. La segunda surge a raíz del cambio de la Constitución; es decir, cuando "se acaba constitucionalmente con la República de Bolivia para dar paso a un régimen híbrido, en el que el poder (de los tres poderes del Estado) se concentra en un solo proyecto político”.

Áñez asegura que los paramilitares que operaban en la dictadura para perseguir han sido sustituidos por los fiscales y por los jueces. “Los paramilitares sabían que el peor castigo que le podían hacer a una persona es no poder vivir en su tierra, no poder pisar su territorio, no envejecer con los amigos y no estar con las querencias. Hoy soy un exiliado del Gobierno del MAS, pero además de no permitirme vivir en mi territorio, dañan mi reputación al acusarme de delitos que nunca cometí. Estoy acusado de genocidio sin haber tirado un 'jone' (piedra) a nadie. Eso hace que los sistemas de represión sean más crueles y sofisticados”, señala. 

El exprefecto de Santa Cruz insiste en que por eso, cree que el país está celebrando los 40 años de democracia, pero no está viviendo en una democracia plena, como la que caracterizó al periodo comprendido entre 1982 y 2009. 

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