Educación y sociedad
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El estrés crónico, la carga excesiva, ambientes hostiles, entre otras condiciones son factores de riesgo en el mundo laboral, una problemática que puede afectar no solo la salud mental de los trabajadores, sino también repercutir en su salud física. Ante esta situación, las empresas y empleadores deben establecer medidas y estrategias para generar entornos laborales saludables.
Cada 10 de octubre, la Organización Mundial de la Salud (OMS) celebra el Día Mundial de la Salud Mental, una conmemoración que este año tiene el lema “Es tiempo de priorizar la salud mental en el lugar de trabajo”, en atención a las amenazas existentes en estos entornos, las cuales afectan la calidad de vida en general y, en consecuencia, la participación o la productividad en el trabajo.
La OMS señala que el 60% de la población mundial trabaja, por lo que se necesitan medidas urgentes para garantizar que el trabajo evite los riesgos para la salud mental y proteja y apoye la salud mental en el trabajo.
“La salud mental es el pilar fundamental del bienestar integral, ya que es una parte esencial del bienestar general de una persona. Un entorno laboral saludable no solo previene trastornos psicológicos, sino que también contribuye al equilibrio emocional, lo que se traduce en un desempeño laboral más eficaz”, explica James Yhon Robles, psicólogo, coordinador del Instituto de Neurociencia (INU) y director de la carrera de Psicología de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.
Robles agrega que, los empleados mentalmente saludables tienden a ser más productivos, motivados y comprometidos, resultando en un mejor desempeño y resultados positivos para la empresa. Asimismo, un enfoque en la salud mental fomenta relaciones laborales más positivas, reduce los conflictos y mejora la colaboración entre equipos.
La OMS señala que los problemas de salud mental tienen un impacto directo en los lugares de trabajo al aumentar el ausentismo, reducir la productividad y aumentar los costos de la atención médica. Sin embargo, el estigma y la falta de concienciación sobre la salud mental persisten como barreras para abordar la salud mental en el lugar de trabajo.
“Priorizar la salud mental en el entorno laboral es crucial porque conduce a un mejor desempeño general; al cuidar la salud mental de sus empleados, las empresas observan un aumento en la productividad, ya que los trabajadores se sienten más motivados y comprometidos con sus tareas”, apunta Robles.
Al respecto, Miguel Velarde, coordinador de Selección y Capacitación de Capital Humano en Unifranz, indica que, más allá de la necesidad de normar su cuidado y que, además, sea una práctica ética y responsable, la salud mental de los trabajadores tiene varios beneficios para las empresas porque es un componente clave del bienestar individual.
“Las empresas que se preocupan por la salud de sus trabajadores retienen talento humano y forjan una positiva marca empleadora. Una simple demostración de compromiso genuino con la salud mental de los colaboradores tiende a una mejor reputación de marca en el mercado laboral”, explica.
Esto, a su vez, puede beneficiar a la empresa en términos de reclutamiento de nuevo talento y relaciones públicas para atraer clientes y posibles nuevos socios.
“Las organizaciones que priorizan la salud mental de sus colaboradores tienden a tener un entorno laboral más saludable y a ser más exitosas en términos de productividad, retención de talento y marca empleadora”, puntualiza Velarde.
Para Liudmila Loayza, psicoterapeuta y docente universitaria, un ambiente que apoya la salud mental puede reducir el ausentismo, ya que los empleados se sienten respaldados y son menos propensos a necesitar días libres por problemas de salud mental.
“Las organizaciones que implementan programas de bienestar mental también suelen experimentar menores tasas de rotación de personal, lo que disminuye los costos asociados con la contratación y capacitación de nuevos empleados. Finalmente, cuando los empleados sienten que su salud mental es valorada, su satisfacción laboral mejora, lo que a su vez enriquece el clima organizacional”, afirma.
¿Cómo cuidar la salud mental de los trabajadores?
El experto en neurociencias señala que existen diversas estrategias que permiten desarrollar un equilibrio en la salud mental en el trabajo, como la implementación de programas de bienestar que ofrezcan recursos como meditación, mindfulness y ejercicios de relajación, los cuales resultan muy beneficiosos.
“También se puede proporcionar acceso a servicios de salud mental a través de programas de asistencia al empleado (EAP) facilitando que los trabajadores reciban el apoyo necesario. La capacitación sobre salud mental para gerentes y empleados también es crucial, ya que ayuda a reconocer signos de problemas y fomenta un ambiente de apoyo”, manifiesta Robles.
Asimismo, promover un equilibrio entre el trabajo y la vida personal mediante políticas de horarios flexibles y la desconexión fuera del horario laboral contribuye a que los empleados manejen el estrés de manera efectiva.
“Finalmente, es esencial fomentar un ambiente de comunicación abierta donde los empleados se sientan cómodos expresando sus preocupaciones sin miedo a represalias, lo que fortalece una cultura de apoyo en la organización”, agrega.
Los riesgos de no cuidar la salud mental de los trabajadores
Loayza, por su parte, señala que la salud mental está totalmente integrada en el contexto laboral, donde el estrés crónico, resultado de factores como la carga laboral excesiva, la falta de control sobre el trabajo y un ambiente hostil, puede llevar a condiciones como la ansiedad y la depresión.
“El burnout, o síndrome de desgaste profesional, se manifiesta a través del agotamiento emocional, la despersonalización y una sensación de ineficacia, siendo común en profesiones con un alto grado de interacción humana y responsabilidad. Además, los trastornos de ansiedad, como el trastorno de ansiedad generalizada, pueden ser exacerbados por un entorno laboral estresante, mientras que las condiciones laborales adversas, la falta de apoyo social y las presiones de rendimiento contribuyen significativamente al desarrollo de la depresión entre los empleados”, finaliza la académica.