Tres miembros de una familia fueron apuñalados por un adolescente, de 17 años, que irrumpió en su domicilio cuando dormían. El hecho se registró la madrugada del sábado en el barrio 24 de Septiembre del municipio de Buena Vista, caso que es de conocimiento de la Policía.

Las víctimas son una madre de 31 años, su hijo de 13 años y una adolescente de 15 años, quienes fueron atacados por el agresor cuando se encontraban durmiendo.

Según datos preliminares, el adolescente agresor pretendía a la muchacha de 15 años, pero al no poder entablar una relación decidió atacarla a ella y a su familia.

Los familiares de las víctimas señalaron que el agresor es compañero de colegio de la adolescente, ambos enamoraban, pero cuando dieron por finalizada su relación, el muchacho comenzó a amenazarla, incluso hace dos semanas ya la había agredido físicamente.

No conforme con ello, a  las 3:00 de la madrugada del sábado, el adolescente ingresó al domicilio de su exenamorada y con un arma blanca atacó a la madre, a la adolescente y a otro menor de 13 años, que intentaba defender a su familia. 

La jovencita herida fue trasladada al hospital de Buena Vista, mientras que la madre y el hermano, por la gravedad de sus heridas fueron trasladados a una clínica del municipio de Yapacaní.

"El chico quería matar a mi hija y a mi nieta, pero mi nieto le dio con un palo para defender a su madre y este, como es más grande, lo apuñaló. Mi hija tiene heridas en el cuello, en el hombro, en la cabeza, en la espalda y en las manos; mientras que mi nieto tiene heridas en la cabeza y en su cuerpo", indicó a EL DEBER la madre y abuela de las victimas.

Lisbeth, de 31 años, tiene varias heridas, seis de ellas tienen entre 10 y 15 centímetros de profundidad que le causaron daños musculares y venosos; sin embargo, no comprometieron los órganos.

La mujer tiene tres hijos, la adolescente de 15 años que también fue herida en la cara y habría recibido 10 puntos de sutura. Su segundo hijo es el de 13 años que trató de defenderlas, él sufrió cuatro heridas de entre seis y   diez centímetros de profundidad. El último hijo es un menor de seis años que se salvó del brutal ataque.

El agresor había ingresado vestido de negro al domicilio de su exenamorada, y después de atacarlos huyó, pero horas más tarde fue aprehendido por la Policía y se encuentra a la espera de su audiencia cautelar.

El muchacho niega ser el agresor, pero la adolescente lo reconoció. "El chico había llegado a su casa y se quitó su ropa, pero encontraron sus zapatos que estaban llenos de sangre", aseguró la abuela de las víctimas.

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