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Los desvaríos de la Agencia Internacional de Energía (IEA)

Álvaro Ríos/Exministro de Hidrocarburos y Socio Director de Gas Energy Latin America

1 de agosto de 2021, 6:50 AM
1 de agosto de 2021, 6:50 AM

En mayo de 2021 la Agencia Internacional de Energía (IEA por sus siglas en inglés) lanzó un reporte titulado a ‘Net Zero by 2050 – A Roadmap for the Global Energy Sector’ (Carbono Neutral al 2050 – Una hoja de Ruta para el Sector Mundial de la Energía). Este reporte sorprendió a gran parte de la comunidad energética global por su drasticidad, irresponsabilidad e inaplicabilidad en muchos países del planeta, especialmente en nuestra región.

El reporte indica que, “a partir de 2021 no deberían aprobarse ni ser necesarias nuevas inversiones en exploración y explotación de hidrocarburos a escala global para alcanzar la meta de Carbono Neutral (Net Zero) en 2050”. Sin duda un plan ambicioso, pero solo mirando el interés de algunos de los países miembros de esa organización. Explicaremos por qué.
Empecemos diciendo que la IEA es una organización con base en París con 30 miembros, casi la totalidad de países desarrollados y ocho asociados, entre los cuales están Brasil, China e India. Cabe notar que el único país Latinoamericano miembro es México y es por tener a EEUU como vecino. 

El problema de este tipo de reportes y este tipo de agencias, es que ejercen poderosa influencia sobre los políticos y las políticas públicas, y también sobre los que financian. En el caso que nos ocupa es tratar de frenar en seco las inversiones en exploración y explotación o por lo menos que se recorten o detengan drásticamente. Lo anterior sin tomar en cuenta las serias perturbaciones que podrían tener sobre los precios, la seguridad de suministro, la economía y sobre todo el impacto en muchos países en vías de desarrollo, incluyendo varios en nuestra región.

Nos sorprende; por ejemplo, que el reporte no sea más realista y pragmático y proponga cosas más palpables con impacto directo en la reducción de emisiones. Por ejemplo, acelerar al máximo la conversión de plantas actuales de generación eléctrica a carbón y substituirlas con gas natural en muchos países del planeta. 

Para 2019, EEUU generó el 23% de la electricidad con carbón, la Unión Europea lo hizo con el 16% y China un 65%. América Latina tiene una base hídrica y térmica con gas natural siendo una de las regiones menos emisoras del planeta con el 5% de su generación eléctrica a carbón. 

Pero si no se explora y se busca gas natural a partir del 2021 como propone la IEA, nos preguntamos con qué reemplazaríamos toda esta generación a carbón existente y la nueva por venir. Que no nos cuenten el cuento de que podrán hacerlo con energía solar o eólica por su intermitencia (necesitan respaldo) y por el nivel de inversiones que se requeriría en toda la cadena, incluyendo los sistemas de transmisión y distribución eléctrica. Y tampoco con hidrógeno verde como quisieran algunos países y desarrolladores de tecnología, porque aún es muy costoso y no hay infraestructura comercial.

Es posible hacer todo un análisis para el petróleo, pero voy a dejar a la imaginación de nuestros queridos lectores que se imaginen un día sin diésel, ni gasolina, ni jet fuel. Y que se imaginen también un día sin los preciados plásticos que produce la industria petroquímica derivada de los hidrocarburos. 

Enfocándonos en la región, es importante recordar que las economías de varios de nuestros países aún tienen una fuerte dependencia a los ingresos provenientes de la producción y exportación de petróleo y también de gas natural, tal el caso de Ecuador, Colombia, Perú, Venezuela, Bolivia, Brasil, Guyana, Suriname y Argentina. ¿Qué pretende la IEA, que los recursos de Vaca Muerta y del Presal se queden bajo la tierra?
Por todo lo expuesto anteriormente y por lo que no podemos exponer porque el espacio no nos permite, es que reiteramos que el Informe de la IEA fue sesgado, interesado, irresponsable y es inaplicable. Transición energética sí, pero no a cualquier costo.

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