El agroindustrial y ex líder cívico asegura que la defensa del estatuto autonómico fue el motivo de su exilio. Dice que la renta, la ASFI y la AE ya lo investigó por las offshore de los Papeles de Panamá

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6 de febrero de 2018, 6:00 AM
6 de febrero de 2018, 6:00 AM

Branko Marinkovic rompió el silencio político de casi una década para opinar sobre el estatuto autonómico y provocó un terremoto en Santa Cruz. El expresidente del Comité pro Santa Cruz, el hombre que dirigió la campaña por el Sí en el referendo de aprobación del estatuto y que se fue del país cuando el Gobierno de Evo Morales lo acusaba de tratar de dividir Bolivia a través del caso terrorismo, considera que, al adaptar el estatuto a la nueva Constitución, no se respetó el voto del cruceño el 4 de mayo de 2008. Ahora, desde el refugio político que le ha concedido Brasil, el excívico defiende su inocencia y cree que en el nuevo estatuto se ha perdido la esencia de la autonomía al negar la elección de subgobernadores. 


 ¿Qué ha hecho que rompa el silencio de casi una década sobre la política local?

Estoy exiliado por defender los intereses de Santa Cruz y el estatuto, esto no es una coincidencia. Sin hacer nada malo me tuve que ir del país por una persecución política tremenda. Todos los que hemos luchado por mantener el estatuto, por tener un sistema que nos aparte del centralismo y de las dictaduras, tenemos que quejarnos cuando vemos que todo eso se ha defenestrado. Después de que votamos en un referendo y lo ganamos, resulta que hoy día ya no es el mismo estatuto. Es la falta de respeto al voto lo que hace que uno salga y diga está mal. No es un tema personal. Nosotros luchamos, nos gasificaron, hay personas exiliadas, presas, a las que les han quitado todo. Sería una falta de mi parte no decir nada. Dejé todos estos años que el proceso siguiera. Dije: “Dejemos que Santa Cruz tenga un estatuto, que la democracia sea la que se imponga en el país”; pero no podía dejar que se perdiera nuestro voto, por lo que luchamos todos los cruceños, toda la generación mía. 


 Desde la Gobernación se habla de una autonomía posible...
No creo que sea así, porque si miramos el estatuto de Tarija, ellos pueden elegir subgobernadores y en Santa Cruz no los elegimos. No lo veo como una excusa válida.


 Pero se toma este estatuto como una victoria, ¿no está de acuerdo con eso?
Uno ve con mucha alegría cómo esta juventud está diciendo que se tiene que respetar el 21 de febrero. El voto de los cruceños, más del 80% que votó por el estatuto, también se ha debido respetar y no hacer un estatuto para decir “es una victoria y conseguimos lo que pudimos conseguir”. No es así. En Tarija se eligen subgobernadores y en Santa Cruz no los podemos elegir.


 ¿Usted cree que no se eligen subgobernadores por una decisión política?
No voy a entrar a la especulación de si fue una decisión política o decisión del centralismo, a lo que me voy es a lo básico: no se respetó el voto del ciudadano. Lo que nos toca es decir: “un momento yo he luchado por esto”. Estoy exiliado hace ocho años, he peleado por este estatuto y no me conformo con que solo esto es lo que se puede hacer. Si fuera así, entonces era mejor que no lo hagan, que se hagan a un lado y que venga la próxima generación y haga lo que tiene que hacer por su región. 


 ¿Para usted era mejor no adecuar el estatuto, como propone el abogado Juan Carlos Urenda?
Yo creo que había que ajustarlo, pero había un estatuto por el cual se votó y las cosas básicas y fundamentales, como el voto por los subgobernadores, había que mantenerlas. Nosotros hemos luchado, hemos estado en las calles, realmente he tenido momentos muy duros y no solo yo, sino toda mi familia. No se olvide que hasta a mis hermanas y a mis sobrinas las quisieron meter al caso terrorismo cuando no había absolutamente ni una prueba, ni contra mí y peor contra ellas. Pese a eso conseguimos la elección de gobernadores. Fue difícil y el centralismo nos las tuvo que entregar. Entonces, no podemos ahora actuar como centralistas y decir ‘no me conviene tener subgobernadores electos porque es un momento difícil’. La democracia no funciona de esa manera. La democracia permite elegir a tu gobernante, pero también te tiene que permitir cambiarlo. No siempre van a ser de nuestro gusto, pero esa es la esencia de la democracia. O se siguen las bases de la democracia o no se siguen. No hay grises.


 Hay gente de la Gobernación que dice que su posición es cómoda, que habla desde afuera, que no se quedó “a sudarla”.  
No me quedé porque iba a ir preso por una acusación falsa. Si no es así, pregúntenle al gobernador dónde está su hermano. Este es un tema de sobrevivencia. Probablemente, la justicia más seria de Sudamérica es la brasileña y esta revisó mi caso y concluyó que soy un perseguido político, que no he cometido ningún crimen y que no soy un terrorista. Por ese motivo me otorgaron asilo político.


 ¿Vive tranquilo en Brasil?
No vivo tranquilo porque no vivo en mi país. No vivo en mi casa, he perdido mi empleo, mis cosas. Me he perdido cosas inimaginables: no he ido a la graduación de mi hijo, al nacimiento de mi sobrino-nieto, no he ido al matrimonio de mi sobrina... esas cosas nadie te las devuelve.


 Aparte de la acusación del caso terrorismo, ¿tiene otros juicios en su contra?
Realmente tendría que contar todos los juicios por los que he pasado y la persecución continúa, mire el tema Panama Papers… El hecho más claro: cuando se dio el escándalo del camión con la marihuana (un camión que transportaba productos de la empresa familiar de Marinkovic fue hallado con marihuana en Chile) hubo conferencia de prensa de la presidenta de la Aduana, pero ella nunca salió a decir que esa marihuana se cargó en Chile, que la empresa no tuvo nada que ver. Ahora, por cualquier tema de narcotráfico ponen solo las iniciales. A mí y a mi familia nos hicieron un caso de Estado. 


 Ahora van a investigar a su familia por las empresas offshore de Panama Papers.
No hay argumento alguno para hacer una persecución. Hemos tenido auditorías de la renta, de la Superintendencia de Empresas, de la Autoridad de Fiscalización del Sistema Financiero (ASFI). Hemos tenido juicios con la ASFI tres veces y las tres veces los hemos ganado.


 ¿Por las empresas offshore en Panamá?
Sí. Si eso no es persecución política, qué será. Ha habido ministros saliendo en el caso Rózsa a decir “ellos eran croatas y como Branko es croata, ahí está la conexión”. Esa es la conexión más burda que se puede hacer de una persona y, además, es racista. Bueno, pero ese no es el punto. Estoy perseguido por una propuesta que es la autonomía, que la dimos para toda Bolivia, no solo para Santa Cruz. Fui a Pando, Tarija, Chuquisaca para que haya autonomía y nunca fue solo por los recursos. No se trata de eso. La esencia de la autonomía es que no haya centralismo. Esa esencia se ha perdido en este nuevo estatuto, porque no va a elegir subgobernadores. Cómo le vamos a criticar a Evo Morales si se está jugando de la misma manera en Santa Cruz. Cómo vamos a criticar que se fue al Tribunal Constitucional y se cambió el voto del 21-F si aquí estamos haciendo lo mismo. Se gobierna con el ejemplo. Si uno quiere ser líder, tiene que dar el ejemplo al país. Si me hubiera tocado, saldría y diría: “Saben qué, señores, no me dejan implementar el estatuto, lo vamos a implementar en otro momento cuando tengamos una democracia instalada en el país”. Si yo cambiaba el estatuto, lo sometía a un referendo. Para mí, la promulgación del estatuto es un intento de desmovilizar a la gente para el 21-F. Es decir: “Ahí está, somos autónomos, quédense en sus casas”. Lo veo de esa manera.


 ¿Qué opina de la repostulación del presidente? 
Cuando me dijeron en el Comité que modifique los estatutos, que me quede en el Comité porque iba a ser más fácil defenderme, dije que si queríamos una real democracia teníamos que dar el ejemplo. No podía decir ‘yo me reelijo’. Lo bueno de una democracia pura y madura es que cambias de liderazgos y das espacio a las nuevas generaciones. Perpetuarse en el poder por cualquier forma es dañino para la democracia, es dañino a la población. Puede que el que venga después de Evo Morales sea peor, pero tenemos el derecho a elegirlo. No podemos estar sometidos a las falsas democracias donde los líderes buscan artimañas para reelegirse eternamente.  


 ¿Cuándo se rompe su relación con Rubén Costas?
No sé si llamarle ruptura. Creo que Rubén fue el que rompió conmigo, porque no estuve de acuerdo cuando se fue a la negociación con el Gobierno en Cochabamba y no se puso como condición la libertad de Leopoldo Fernández. Para mí eso era básico.


 ¿Estamos hablando del 16 de septiembre de 2008, luego de la toma de instituciones y Porvenir, cuando los prefectos se sentaron a negociar con el Gobierno el mismo día que tomaron preso en Cobija a Fernández?
Sí, para mí era ilógico, porque estaban negociando cuando el Gobierno tenía un preso político. Eso no es correcto. Soy una persona que siempre me he mantenido de esa manera y no voy a cambiar. Así como me quejo de que se cambió el estatuto y no fue sometido al voto porque se burló el voto de los cruceños, de la misma manera hay que mantener una línea respecto a Leopoldo.


 ¿Lo discutió luego con Rubén Costas?
No es el momento de entrar en cosas personales, que si Rubén, que si hubo ruptura o no. Por él votó el pueblo cruceño, por eso es gobernador, y le dio un mandato. Ese mandato no se ha cumplido.  Si luchamos por la elección de alcaldes, si he luchado por la elección de prefectos y él está gozando de ese derecho, por qué hoy día no vamos a luchar por la elección de subgobernadores, si eso estaba en nuestro estatuto original. No hablemos de muchas otras competencias, pero la esencia de ese estatuto era esa, distribuir poder y se ha violado, porque se ha violado la voluntad popular.


 ¿Cuándo vuelve a Bolivia?
Cuando haya una justicia en la que me pueda defender, que sepa que no es una justicia politizada. Sabemos en qué condición está la justicia, no existe, es una justicia de extorsión. Tengo que esperar que haya una justicia como la brasileña, que miró mi caso, lo estudió, se tomó su tiempo y concluyó que era un perseguido político. No tengo nada que ver con el caso Rózsa. 


 ¿Nunca tuvo contacto con Eduardo Rózsa? 
Ni con él ni con su gente. No sabía ni quién era este hombre. Jamás se ha podido probar que tuve algún contacto con él. 


 Tratan de ligarlo con él porque envió dinero a La Torre (grupo encargado de las campañas del cruceñismo, entre ellas la autonomía). 
Eso no tiene relación de ningún tipo. Tratar de vincularme por eso es totalmente ridículo. Después trataron de vincular a mis hermanas o decían que se hacían reuniones en la casa de mi madre. Es una barbaridad meter a mi madre, de 84 años.  


 ¿Es cierto que la cruceñidad se reunía a negociar con el Gobierno en su casa?
Me he reunido con García Linera una vez en mi casa. No lo niego y no pudimos llegar a nada porque no estaba de acuerdo con la reelección indefinida y el tiempo me está dando la razón. Siempre dije que una reelección estaba bien.


 Cuando vuelva a Santa Cruz, ¿volverá a hacer política?
Primero quiero volver a mi casa, volver a tener trabajo. Creo que mi generación debe dar paso a los jóvenes. Eso es lo sano en la política. Cumplí mi rol en la política boliviana, yo lo cumplí para Santa Cruz. Quería que tenga gobernadores electos y autonomías y, si quiere malas, pero el Gobierno las tuvo que aceptar. Creo que se hizo mucho por el país. Hay mucha gente nueva que puede hacer muchas otras cosas por el país.


 ¿No le han ofrecido un regreso pactado desde el Gobierno?
No voy a pactar mis principios. Un regreso pactado para qué. La posibilidad de volver me la va a dar la justicia, porque me va a dar la razón. La justicia internacional va a actuar en su momento porque hay muertos internacionales. Hay juicios iniciados en la Comunidad Europea. Al final, la justicia actúa y Pinochet es un ejemplo de eso. 

Hace 10 años, Costas, Marinkovic y Fernández eran la cúpula dirigencial de un cruceñismo en ebullición