Salvador Romero resaltó que se deben considerar las variables científicas de la evolución de la pandemia, pero también respetar los mandatos constitucionales para que las nuevas autoridades asuman en 2020

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23 de julio de 2020, 15:36 PM
23 de julio de 2020, 15:36 PM

No se guardó las observaciones generadas frente al cambio de fecha. Después de anunciar la postergación de las elecciones presidenciales para el 18 de octubre de esta año, el presidente del Tribunal Supremo Electoral (TSE), Salvador Romero, lanzó una serie de titulares que fueron ordenados en el pronunciamiento del Órgano Electoral respecto a los comicios que se desarrollarán en poco menos de tres meses.

"La fecha definitiva de la elección genera mayores condiciones para la protección de la salud, facilidades de votación en el exterior, llegada de misiones de observación internacional, además de favorecer el despliegue logístico de las operaciones en el territorio por parte de los Tribunales Departamentales", reseñó Romero. 

Además, observó que la fecha de la jornada de votación ha generado "controversias ásperas que han dividido al país". Esta polémica, atípica en una revisión internacional, solo se explica por las latentes y graves polarizaciones que sufre la sociedad, según Romero.

En este sentido, resaltó que se debe reagrupar al país en torno a un consenso que respete tanto las variables científicas de la evolución de la pandemia, al igual que el mandato constitucional que fijó los parámetros de esta
excepcional transición política y constitucional, la cual establece que las nuevas autoridades de los Poderes Ejecutivo y Legislativo deben asumir sus cargos en 2020. 

"Es recomendable organizar la elección en la fase descendente de la pandemia para minimizar riesgos", apuntó Salvador Romero.

En referencia a la emergencia sanitaria, Romero dijo que el TSE ha tomado nota de la mayor cantidad posible de estudios y previsiones, tanto nacionales como internacionales, en los que se contempla que existe consenso de que el pico de contagios se situará en algún momento entre fines de julio y los primeros días de septiembre, es decir, una etapa muy cercana al 6 de septiembre, por lo que es recomendable organizar la elección en la fase descendente de la pandemia para minimizar riesgos. 

Además, Romero dijo que, si en Bolivia el camino para fijar una fecha de elecciones ha resultado tan escarpado, no lo ha sido por la conducta del Órgano Electoral, que "procuró generar acuerdos en bien del país".  Una posición que no fue siempre comprendida, según el TSE.

"Los factores de conflicto no han desaparecido (...). Solo existe un medio para canalizarlos y procesarlos de manera pacífica y en un marco institucional: una elección técnicamente sólida, políticamente imparcial y con resultados transparentes".

Más adelante, Romero lamentó la "virulencia" de las descalificaciones vertidas contra la entidad electoral y remarcó que Bolivia no puede ir a las elecciones sin resguardos suficientes ni tampoco pretextar el gravísimo drama, dolor y luto de la pandemia para anular o postergar indefinidamente las elecciones.