Es necesaria una negociación política y abrir investigación
Políticos y analistas dicen que es necesario pacificar el país. La Iglesia se pronunció
La muerte de dos personas ocurridas el miércoles en Montero pueden marcar el inicio para instalar el diálogo, entre oficialistas y opositores, a fin de encontrar una salida al conflicto a través de la negociación política, opinan políticos y analistas.
El abogado y exdiputado Jerjes Justiniano opinó que estos hechos violentos abren un espacio de reflexión.
“El único camino consiste en establecer una negociación política a la crisis sobre la base de la nulidad de las elecciones, porque están plagadas de vicios y hay desconfianza ciudadana.
Tiene que haber una entidad mediadora que negocie un gran pacto entre el Gobierno y los comités cívicos, porque estos son los protagonistas”, dijo. Jerjes remarca que Evo Morales manifiesta que hay una conspiración para un golpe, pero se está demostrando que es una reacción espontánea y eso es peligroso “porque no sabemos dónde va a terminar”. Justiniano dijo que hay que hacer los esfuerzos para que las muertes sean el último acto que permitan encontrar un camino de solución.
El exdiputado manifestó que con tan solo un anuncio de que se va a anular las elecciones “bastaría para suspender el paro, para restablecer la paz social en el país y continuar la negociación que tiene que derivar en algún camino de salida política en el país”. Por su lado, el analista político Alfonso Coca también cree que el Gobierno, a través del presidente Evo Morales, debe llegar a una reflexión y evitar más derramamiento de sangre.
“Hay una propuesta de los cívicos, de que se anulen las elecciones, que se cambie todo el Tribunal Supremo Electoral y se hagan unas elecciones transparentes; esa es la mejor solución para pacificar”, dijo Coca. De no buscar solución, puede desencadenarse más violencia, porque el pueblo ya no le interesa la auditoría, sino que pide pacificación y que el presidente muestre humildad anunciando nuevas elecciones.
La mirada crítica
El repudio a la violencia fue generalizado. Los obispos de la Iglesia católica se solidarizaron con el dolor de las familias de las personas que murieron en Montero y, al mismo tiempo, exigieron a las autoridades que se haga justicia. Por su lado, el Comité pro Santa Cruz condenó el ataque violento y exige una investigación transparente.
El líder cívico, Luis Fernando Camacho, expresó que, si el presidente Evo Morales quiere pacificar Bolivia, debe renunciar. Camacho pide la intervención de la Iglesia católica, de la ONU y de países vecinos para evitar más derramamiento de sangre.